Todavía con la resaca del evento del año, la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva celebrada el pasado 8 de julio en el palacio de El Rincón sigue siendo uno de los temas del momento en la crónica social. Concretamente, la post-boda, pues si su enlace fue de lo más comentado, teniendo en cuenta las infidelidades de Onieva a la hija de Isabel Preysler y sus sonadas idas y venidas, la luna de miel no iba a ser para menos. Cinco semanas de ensueño con primera parada en Sudáfrica. Ahora, instalados en los alrededores del Parque Nacional Krugen en el que han podido disfrutar de vivir rodeados de especies animales variadas, han querido seguir compartiendo con el mundo cuanto se quieren y lo mucho que están gozando de este trascendental e idílico viaje astral que están viviendo. Todo condensado en un vídeo en el que a Tamara se la ve —porque escucharla más bien poco— en un estado de relajación que se acerca el extremo.

Elefantes y gastronomía, protagonistas del original vídeo de Tamara Falcó

Como si promocionar la travesía fuese su trabajo, la marquesa más mediática del estado comienza su particular comunicado desde el paraíso anunciando que se siente "como en una película de James Bond". Con el propósito de dejar constancia de todas las actividades y aventuras supermegaincreíbles que están viviendo a los internautas, la aristócrata se muestra muy tranquila y con un tono de voz de decibelios limitados. Tanto que hasta su recién estrenado marido la tiene que ayudar en algunos momentos para que no pierda el hilo de la historia, chivándole datos y algunas de las cuestiones sobre el viaje de las que ella parece no acordarse con demasiada claridad. Sin duda, lo de descansar en hoteles cuyas 'suites' rozan el precio de los 2.000 euros por noche la está dejando renovada. Tanto que se le olvida hasta lo que ha hecho ella misma estando allí, rozando la desubicación.


Ni ella ni Onieva pueden ocultar cuanto están disfrutando de este momento tan especial, en un contenido que, si se analiza minuciosamente, da para tesis. "Si vas a venir a Sudáfrica... o al sur de África..." empieza achispada, "tienes que venir preparado, porque hace un frío que pela". Entre ellos abundan las bromas internas, los jijis y los jajas incomprensibles para el resto de mortales, en un vídeo del que podemos sacar en claro que han visto elefantes. O quizás eran rinocerontes. O igual eran hipopótamos. No se acuerdan muy bien del todo, ¡pero que más da!

Están en Sudáfrica y eso es perfecto. Tan perfecto como la repostería que dicen estar degustando. Tan perfecto como su habitación con piscina y vistas a lo que se percibe un paisaje de película. "¡No sé por qué siempre me pillas en mallas!", se queja. Que no podamos disfrutar de un videoblog suyo vestida como se visten los ricos cuando van de safari es más peligroso que Johannesburgo, ciudad en la que se alegra de haber estado, por suerte, solamente en el aeropuerto. Por lo que pueda pasar.

Un viaje no apto para todos los bolsillos

Como era de intuir teniendo en cuenta todos los detalles del viajecito que aquí mencionamos, si buscamos un adjetivo para definir como está siendo su primera expedición oficial como marido y mujer, el idóneo no sería asequible. Como ya hicieron al preparar su boda, que contó con más de 400 invitados, ellos no escatiman en lujos. Vuelan en primera clase, duermen en hoteles y alojamientos de excepción y degustan una gastronomía de infarto. No paran de pasarlo genial y así lo muestran a través de sus redes sociales, en las que prácticamente a diario actualizan sobre dónde están, qué han comido, cuanto se adoran y lo pudientes que son.

Una de las seguidoras de la cuenta de Instagram de la Marquesa de Griñón comenta sobre su último videoblog que "físicamente, tiene como 45 años, pero mentalmente como 14". Nosotros nos limitamos a confiar en que todo esto se deba a un simple exceso de relajación. Eso y que las altas temperaturas del continente africano no le hayan pasado factura.