Íñigo Onieva ha celebrado su cumpleaños en un restaurante de lujo de Madrid. Hasta aquí, todo normal: hablamos del empresario de la noche de 33 años, más conocido por ser la pareja de Tamara Falcó, quien también estaba en esta comida. Mirándolo bien, lo que sería más extraño es que lo hubieran celebrado en un kebab, aunque no sería la primera vez que pillan a la hija de Isabel Preysler en un establecimiento poco adecuado para su condición de aristócrata y personaje de la jet set. Por ejemplo, haciendo las compras de Navidad en un bazar de esos de 'Todo a cien'. Pero en cuestiones culinarias Falcó no se la juega: ganadora de 'Masterchef Celebrity', titulada en la Cordon Bleu y autora de libros de recetas un tanto polémicos, tiene que mantener las apariencias.
De apariencias, precisamente, va la cosa. Al salir del local vemos a la parejita (de la que siempre hay rumores de boda, de embarazo o de lo que haga falta, aunque nunca se acabe de confirmar ninguna noticia) saliendo a la calle y recibiendo las indicaciones del aparcacoches, que le entrega las llaves del vehículo e indica dónde se encuentra estacionado. Cosas de ricos, ya saben. El caso es que una vez localizado el coche se dirigen hacia allí. De repente vemos a Falcó muy emocionada saludando a una mujer que se acerca. Justo antes de que la cámara de Europa Press nos muestre de quién se trata, se oye a Onieva pronunciando unas palabras: "Mira, tu sobri". La chica saluda fugazmente pero pasa de largo. Cuando menos de Tamara, porque Íñigo se queda atrás intercambiando unas palabras que no tienen ni pies ni cabeza.
Sí, porque resulta que de familia, ni flowers. Parece que Onieva tiene una empanada importante, quizás porque como a Dinio 'la noche le confunde'. Pasa tanto tiempo trabajando en el ocio nocturno (según Telecinco, trabajando en el sentido más amplio de la palabra) que sufre pequeñas confusiones mentales. O vete a saber, quizás es la típica excusa que le dice a su novia megafamosa cuándo sale alguna imagen en compañía femenina: "Era prima", "mi sobrina", "la hija de un amigo". Ahora bien, decirle "tu sobri" es nivel experto, jugársela pero mucho. Tamara tarda en procesar la información, pero cuando acaba de digerirlo lo fulmina con la mirada. Vete a saber el porqué.
El ambiente de sonrisas y felicidad impostada se enturbia en un abrir y cerrar de ojos. Un malestar que continúa incluso en el interior del coche. Onieva pone cara de tierra trágames o de para qué habré abierto la boca. O bien la bronca es porque Falcó se huele algo que no le gusta ninun pelo, o porque él ha hecho el ridículo ante la prensa rosa. Y eso es pecado venial. Para hacer el papelón ya está ella... y la tertulia de 'El Hormiguero'.
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Íñigo, si quieres que la cosa dure, tendrás que hacer aquello de "ver, oír y callar". Sobre todo cuando veas a alguna mujer por la calle: puede ser una trampa mortal.