En este país parece que alguien no se puede llamar cómo le apetezca. Dejando de banda las medidas que se toman para que algunos padres con un impulso de originalidad no le pongan según qué a sus hijos, con insultos o palabras soeces o despectivas, lo que no es normal es que todavía hoy en día haya personas que tienen problemas en el Registro Civil para conseguir que se las reconozca con su nombre catalán.
Toni Albà se ha hecho eco de una queja pública de una ciudadana de Granollers en las redes. La mujer se llama Mercè Cuní, pero en el registro consta su nombre compuesto y en castellano, María Mercedes. ¿Qué hizo? Ir al Registro Civil a cambiarlo, sin embargo, oh sorpresa!, se lo han denegado. No le aceptan el cambio solicitado, pero la justificación es de traca: "No procede cuando únicamente se pretende sustituirlo por el diminutivo o uso familiar del mismo, dado que es una práctica habitual en la sociedad española llamarse y conocerse socialmente a través de dicho diminutivo o uso familiar...". Chim pum. La vecina de Granollers, evidentemente, ha salido indignada: "No sé qué es más escandaloso, si rebajar el nombre a diminutivo o decirme que es práctica habitual en la sociedad española. Sea como sea, niegan la esencia del nombre y de mi identidad. Escarnio y menosprecio".
Airada, y con razón. Una prueba más del desprecio, como bien recalca la afectada, y de que todavía parezca que tengamos que pedir permiso a la sociedad española para hacer según qué. Albà ha ido todavía más allá y ha hecho un comentario demoledor:
"Si eso me pasa a mí, ahora mismo el Registro Civil de Granollers sería un solar de ceniza."
— TONI ALBANO ||*||���� (@tonialba) September 25, 2020
Lo Pirómano Biscarri Azul https://t.co/WpeaCcFiaQ
Impotencia y rabia. Y burocracia lamentable. Esperemos que Mercè pronto pueda llamarse oficialmente como le salga del moño.