Golpe directo a la yugular de la derecha más retrógada y amante de las prohibiciones. Hoy, 19 de mayo, el día que toda Europa mira hacia el Reino Unido, a la boda del año entre el príncipe Enrique y Meghan Markle, todos han caído rendidos a un color, el amarillo que tanta bilis y prohibiciones provoca por parte de políticos y jueces españoles. Se ha aconsejado a los presentadores de TV3 no ir de amarillo, se ha prohibido ir a partidos de fútbol con camisetas amarillas en protesta por los presos políticos, han criticado a Alfred por ir con un motivo amarillo en Eurovisión, e incluso las autoras del hit musical del año tienen que justificar ir de amarillo...
Amarillo malo, caca, fuera. Si pudieran, cambiarían el amarillo de la bandera rojigualda y todo. Pues ahora, el unionismo ha recibido un golpe estilístico y cromático directo a su amor propio. ¿Por qué? Porque la invitada que ha despertado más pasiones entre los más de 2000 asistentes al enlace real ha sido una que lucía un vestido... amarillo.
Amal Alamuddin, la mujer de George Clooney, ha sorprendido a todo el mundo con este traje espectacular, callando bocas a los que se piensan que si te pones una pieza de color amarillo corres el riesgo de desintegrarte y mereces, como mínimo, ir al infierno.
Alamudin es abogada de derechos humanos y tiene a Julian Assange como cliente. Stella MacCartney ha sido la diseñadora que ha provocado los elogios de toda la opinión pública con este vestido que lleva hoy la mujer del actor en la boda más esperada de los últimos tiempos.
No nos extraña que los reyes de España, Felipe y Letizia, no hayan ido al enlace. Les hubiera salido espuma por la boca. El resto de VIPS que han asistido al bodorrio han quedado muy lejos en belleza. Incluso, Victoria Beckham ha parecido que fuera a un entierro, con un negro poco favorecedor.
GTRES
Suerte que al lado iba su marido David como un dandee. Elegantes también han ido el actor Idriss Elba o el cantante James Blunt, así como la reina de la televisión norteamericana, Oprah Winfrey, que parecía un muffin cuqui.
No nos extrañaría que después del vestido de la mujer de Clooney, Rajoy llamara a Llarena para anular la boda por inconstitucional. Por cierto, la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, habrá encontrado ocurrente este artículo. O eso o ha visto literalidad en la ironía de la pieza.
Lástima que no le provoque las mismas emoticonas cuando se prohibe entrar en según dónde con camisetas amarillas...