El fútbol puede sacar lo mejor y lo peor de las personas. La historia que nos ocupa ahora -que el actor Viggo Mortensen vivió de primera mano- sin duda tiene que ver con la parte negativa del deporte rey. O, mejor dicho, con el uso que hacen de este algunos personajes.
El actor norteamericano ha sacado a la luz una desagradable experiencia que le tocó vivir en Madrid en el año 2006. En aquel momento, Mortensen se encontraba en España para grabar la película Alatriste, la adaptación cinematográfica de la novela de Arturo Pérez Reverte.
Durante el rodaje, Mortensen quedó en una ocasión en casa del director, Agustín Díaz Yanes, que vive en la capital madrileña. Lo que no se esperaba es que en el trayecto se tropezara con semejante obstáculo.
Mortensen, fanático del equipo argentino San Lorenzo de Almagro, escogió ir a la cita luciendo la camiseta de su club. Da la casualidad que es azulgrana, y a rayas, como la del Barça, y eso no pasó desapercibido para un grupo de Ultras Sur con el que se chocó en la Puerta del Sol.
En una entrevista en la emisora argentina Vorterix, Mortensen relata cómo sucedieron los hechos, que llegaron a las manos. "Me dicen unas cosas muy feas, en la calle unos pelados, y vienen y me empiezan a pegar. Empecé a buscar un taxi, cualquier cosa, y como tengo una bolsa con dos botellas de vino, y finalmente le rompo una en la cabeza a uno y me voy corriendo", explica Mortensen entre la incredulidad del presentador.
Cuando finalmente el actor llega a la casa del director, la sorpresa de este es mayúscula. "Llego a la casa del director, todo sudado, parece que con sangre, pero le digo no, no, es vino, es vino, que le rompí la botella en la cabeza a uno. Y ya le expliqué todo y me dijo: ah lo siento, bueno, qué lastima. Bueno, pero tengo una botella", concluye Mortensen.
Mortensen, satisfecho de no llegar a casa de jefe con las manos vacías, a pesar de la desagradable experiencia que acababa de vivir.