Innumerables éxitos y un grandioso talento han hecho de Adele una de las artistas más adineradas del panorama musical. A través de los años, su vida ha dado giros bruscos e inesperados. Desde hace mucho se encuentra en la cima, por lo que ha tenido tiempo de conseguir una cartera inmobiliaria impresionante. ¡Acompáñanos en este viaje por las mansiones de la cantante!
Adele nació en Tottenham, Inglaterra, en el año 1988. Cuando tenía 9 años, vivió un tiempo en Brighton con su madre. Pocos años después, se fueron a vivir al sur de Londres. Era un departamento en West Norwood. A pesar de ser un sitio humilde, ubicado encima de una tienda de descuento, parece que fue el escenario que inspiró su canción Hometown Glory. Y lo que verdaderamente tuvo un significado en su identidad musical fue conseguir discos de Etta James y Ella Fitzgerald en la tienda de música local.
Más adelante, cuando terminó la escuela en 2006 y firmó su contrato discográfico, se mudó a Notting Hill. Con la llegada de su primer álbum, 19, emprendió su aventura por grandes propiedades.
Las casas de Adele, un paraíso inmobiliario
Adele se volvió un fenómeno musical y, en el mismo año en que presentó su segundo álbum, alquiló una mansión palaciega en West Sussex; la cual fue construida en 1990. Dicha propiedad estaba en medio de 25 acres privados y costaba 15.000 libras al mes (17.885 euros). En 2012, la artista comenzó a adquirir casas propias. La primera fue la casa de playa Art Deco en Brighton, por un precio de 2,5 millones de libras (2,9 millones de euros). Equipada con todas las comodidades de lujo, balcones privados, amplios espacios y playa privada. No obstante, en el 2016 la vendió.
Ese mismo año, la británica hizo una mega compra. Y es que se trasladó a Kensington y adquirió un domicilio por 5,65 millones de libras (6,73 millones de euros). A continuación, compró el lugar de al lado por una cifra similar, con la idea de modificar el espacio y hacer una sola propiedad. Para esa época, se fue a Estados Unidos y el conjunto de bienes raíces de la intérprete de Easy on me se amplió más. Por si lo antes expuesto suena a poco, también obtuvo una propiedad en Malibú por 5,2 millones de dólares (4,6 millones de euros). Se trató de una construcción tipo hacienda con piscina gigante, exhibiendo la particularidad de estar a pocos pasos de la playa.
Seguidamente, la finca en Beverly Hills, valorada en 9,5 millones de dólares (8,3 millones de euros). Al año siguiente volvió al Reino Unido y compró una casa solariega en West Sussex. Establecida en un terreno privado y remoto, rodeada de naturaleza y a un precio de 4 millones de libras (4,8 millones de euros).
A principios del 2019, firmó por la segunda casa en Beverly Hills por 10,7 millones de dólares (9,5 millones de euros). Fue erigida en la década de 1960, tiene una novedosa sala de estar hundida, con vista al jardín y es muy elegante. Y, para cerrar el recorrido, la casa más reciente fue comprada en 2021. En el mismo vecindario de Beverly Hills desembolsó unos 10 millones de dólares (8,84 millones de euros). Esta adquisición tiene 5.500 pies, spa, piscina y detalles de diseño retro (1957).
Adele es dueña de más de 18.000 metros cuadrados tan solo en Beverly Hills. Consiguiendo mayor espacio y oportunidades en Estados Unidos que en Inglaterra. Y, adivina qué, se está planteando comprar una vivienda en Las Vegas.