En un explosivo reportaje publicado por ‘The New Yorker’, se ha lanzado una sombra de duda sobre la estabilidad mental y la capacidad de toma de decisiones del magnate tecnológico Elon Musk. Las acusaciones de un supuesto uso intensificado de la droga ketamina por parte de Musk han provocado especulaciones sobre si sus recientes decisiones erráticas en sus empresas, como Tesla y X (antiguo Twitter), están relacionadas con sus hábitos personales.
El periodista Ronan Farrow, conocido por su trabajo en investigaciones de alto perfil, ha presentado un informe que alega que Musk ha estado utilizando la ketamina, una droga anestésica conocida por sus propiedades disociativas y recreativas. Según "asociados" citados en el artículo, se ha insinuado que el comportamiento errático de Musk podría estar relacionado con sus intentos de automedicación a través de esta droga. "Los asociados sugirieron que el uso de Musk ha aumentado en los últimos años y que la droga, junto con su aislamiento y su relación cada vez más conflictiva con la prensa, podría contribuir a su tendencia a hacer declaraciones y decisiones caóticas e impulsivas", escribió Farrow.
Las acusaciones se centran en la idea de que el uso de la ketamina habría aumentado en los últimos años y que, junto con su aislamiento y su relación cada vez más tensa con la prensa, podría estar contribuyendo a su tendencia a tomar decisiones impulsivas y caóticas. Estos señalamientos arrojan luz sobre una posible conexión entre su consumo y las sorprendentes maniobras empresariales del magnate que han desconcertado al mundo.
La comunidad científica opina sobre los efectos de la ketamina
Amit Anand, un destacado profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard, ha respaldado la idea de que esta droga puede influir en el comportamiento errático de Elon Musk. Según él, la ketamina puede inducir desinhibición y disociación en dosis variables, lo que podría llevar a decisiones impulsivas e inapropiadas en el entorno laboral. Anand también menciona que la droga puede generar una sensación de grandeza y poder, lo que podría explicar la confianza excesiva de Musk en ciertas decisiones controvertidas. “La gente hace cosas impulsivas, podrían hacer cosas desaconsejables en el trabajo. El impacto depende del tipo de trabajo. Para un bibliotecario, el riesgo es menor. Si eres piloto, puede causar grandes problemas”, indicó el experto.
La obsesión desmedida: Elon Musk bajo presión
El informe de The New Yorker también cita a un "colega cercano" de Musk, quien sostiene que la vida del magnate está sumergida en la obsesión por sus empresas. “Es muy estresante. Está muy dedicado a estas empresas”, afirmó el colega. “Se va a dormir y se despierta respondiendo correos electrónicos. El noventa y nueve por ciento de la gente nunca conocerá a alguien tan obsesionado y con tanta tolerancia al sacrificio en su vida personal”, indicó el informante. La presión constante y su dedicación extrema a sus proyectos podrían haberlo llevado a buscar soluciones en la ketamina, según este colega.
Elon Musk, conocido por su estilo de vida poco convencional y sus comentarios controvertidos en las redes sociales, ha estado en el centro de la atención pública en múltiples ocasiones. Desde su inusual decisión de adquirir Twitter por 44 mil millones de dólares hasta sus recientes cambios de branding al reemplazar el icónico pájaro azul de Twitter por ‘X’, sus acciones han desconcertado a expertos y seguidores por igual.