Hace un par de meses se dio a conocer la impactante noticia de que el matrimonio entre el príncipe Alberto II de Mónaco y la princesa Charlène se había convertido en un negocio muy lucrativo para la ex nadadora sudafricana, puesto que ella le habría exigido a su marido firmar un contrato confidencial donde se especifica el pago de 12 millones de euros al año para que ella siga representando a la familia Grimaldi en los compromisos oficiales y en diversos actos públicos con el fin de mantener las apariencias frente al pueblo monegasco.
Esta sería una de las principales razones del regreso de Charlène a Mónaco después de varios meses internada en una clínica de lujo en Los Alpes Suizos. No obstante, la princesa ha decidido tomar cierta distancia de su marido, instalándose en el Palacio ‘Roc Agel’ ubicado a 20 km de distancia del Palacio Grimaldi, lugar de residencia de su marido y sus dos hijos.
Así que, cumpliendo con este nuevo contrato, la princesa reapareció sorpresivamente en el Palacio Grimaldi, el pasado lunes 11, para supervisar algunas de las reformas que se están realizando en el lugar. En medio de su inesperada visita, la princesa Charlène de Mónaco saludó muy cordialmente a todos los turistas que se encontraban visitando el Palacio Real, dejando boquiabiertos a todos los asistentes quienes no se esperaban que Charlène visitara el Palacio después de haber estado ausente en la última edición del Baile de la Rosa, celebrado el pasado 8 de julio.
Charlène se presentó en el Palacio usando un elegante atuendo compuesto de un pantalón beige, chaleco negro, cinturón del mismo tono que el pantalón y tacones stilettos en color negro. Durante su estancia en el Palacio Real, la princesa supervisó algunos de los detalles de las reformas y las restauraciones que le han hecho a algunas pinturas renacentistas que decoran algunos salones y pasillos del Palacio monegasco, tal como lo indicó el personal encargado de las comunicaciones en el palacio, a través de un comunicado oficial: “Ayer por la tarde la princesa Charlène presentó a algunos invitados los recién renovados Grandes Apartamentos del Palacio del Príncipe, así como los frescos renacentistas revelados al público después de varios años de trabajo y restauración. La princesa Charlène también fue a conocer a los turistas que visitaban las magníficas salas de estar del Palacio del Príncipe".
De esta manera, la esposa del príncipe Alberto II de Mónaco ha vuelto a cumplir con parte de su agenda oficial tras haber estado ausente en el Baile de la Rosa, siendo sustituida por la hermana del príncipe, la princesa Carolina de Mónaco, quien suele representar a los Grimaldi en esta celebración. Para esta gala, Carolina de Mónaco contó con la presencia de todos sus hijos y sus parejas: Andrea Casiraghi y Tatiana Santodomingo; Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo; Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam; y Alexandra de Hannover con Ben-Sylvester Strautmann.
Por el momento, habrá que esperar algún otro evento o gala importante para poder ver a la princesa cerca de la residencia oficial de su marido. Sin embargo, hay que admitir que Charlène tiene un mejor semblante con relación a su deteriorada imagen de hace algunos meses.