Poco a poco Antonio Resines recupera la vida que el Covid estuvo a punto de arrebatarle. El conocido actor que dio vida al popular Diego Serrano ha atendido a los medios de comunicación en la presentación de su nueva serie para Movistar que se aplazó por su estado de salud y se ha sincerado sobre la enfermedad.
El artista se contagió del virus el pasado mes de diciembre y permaneció más de 30 días ingresado en la UCI con pronóstico crítico, debatiéndose entre la vida y la muerte. Por suerte, el cántabro superó la enfermedad y ya se encuentra en casa junto a su familia, su mayor apoyo. Tras permanecer en planta unas semanas recibió el alta y aún acude a rehabilitación para recuperar la masa muscular perdida mientras estuvo intubado en una cama.
Para recuperarse tranquilo, Antonio Resines, junto a su mujer, decidió irse unas semanas a Cantabria donde encontró la paz que necesitaba en estos momentos. No obstante, en todo momento ha estado en contacto con los medios de comunicación. Recientemente ha concedido una entrevista a ‘El País’.
“Cuando estás en la UCI, el tiempo no existe. Yo cuando me desperté un mes después estaba convencido que había pasado 2-3 días como mucho. Imagínate lo mal que estaba, lo mal que lo estaba pasando como para decidir romper la baraja, lo tenía clarísimo. Yo quería que acabase aquello. Hasta que por fin funcionó el tratamiento y cambió radicalmente toda la historia”, detalla el actor sobre su paso por el hospital. “Entré un día antes de Nochebuena, y cuando vi que estaba en 2022 y que había pasado hasta los Reyes, yo no era consciente de eso, estás en otra situación”.
Entre delirios y alucinaciones
Antonio Resines contó que uno de los fármacos que utilizaron los médicos para tratarle fueron corticoides que producen alucinaciones y delirios. Y precisamente ha revelado alguno de sus delirios, como por ejemplo, pensaba que estaba siendo coaccionado por una parte de la familia real británica y, en otro, que tuvo tratos con Hitler, Mussolini y Franco para convencerles que no iniciaran la 2º Guerra Mundial, sin mucho éxito. Por suerte, a diferencia de otras personas, al actor no le han quedado secuelas sobre esos sueños y alucinaciones.
Las declaraciones han dejado helados a todos y no son las únicas. Aseguró que sentía tanta dolor que quería morirse. "Me quería morir, ya no podía más. De hecho, se lo dije a los médicos: Pegadme un tiro de una vez… Pero no os preocupéis, dejo ante notario que lo he pedido yo para que no tengáis problemas. Cuando fui consciente, me tiré cuatro días pidiendo perdón a todo el mundo”.
"Quería irme de ahí, a leer el periódico con un amigo que se murió hace ocho años, Rafa Santillán. Tomarme un café o una caña con él y otros también de por aquí, pero para eso me tenía que morir. Mandé una carta a mis padres. Pero una carta como de alguien que no sabe escribir, como de película de paletos. Les decía que en el tránsito cuidaran de Ana y de Ricardo, mi hijo. Me cansé, me cansé de verdad, me estaba yendo… Probablemente me encuentre a mis padres y a mis amigos por ahí, me figuré. En ese momento creí, sí, que quizá hubiera algo".