Ana María Aldón confirmó finalmente después de casi un año de idas y venidas, y exclusivas entrevistas, que su relación con Ortega Cano estaba completamente rota. Fue en el estreno del programa ‘Fiesta’ de Emma García el pasado fin de semana. "Hay cordialidad y respeto. Hacemos todo de la manera correcta por el hijo maravilloso que tenemos en común, pero lo único que hay entre nosotros es eso, cordialidad y respeto... Somos cuatro personas en casa y comemos y cenamos juntos”.
"Ahora mismo no nos resulta difícil hacer lo que hacemos, todo es acostumbrarse. Es mejor de lo que teníamos, era imposible seguir así. No hacemos planes de pareja, pero sí hacemos planes con nuestro hijo", compartió. Además, destacó que no se plantea "dar un paso atrás: "Vivimos bajo el mismo techo, pero cada uno lleva su vida”.
Hace poco más de un mes salió a la luz en supuesto contrato matrimonial de Ortega Cano y Ana María Aldón. José Antonio Avilés fue el encargado de hacerlo público. Este contrato lo firmaron el torero y la diseñadora el día de su boda y deja al descubierto algunas de las mentiras que han contado durante estos últimos años.
El verdadero motivo por el que no se ha confirmado el divorcio
La diseñadora contó que se casaron en separación de bienes, y así se refleja en las capitulaciones. No obstante, éstas se firmaron en septiembre de 2018, cuando se unieron en matrimonio, sin embargo se registraron el 21 de enero de 2021, justo un mes después del desembarco televisivo de Ana María Aldón que causó la crisis en la pareja. Así que hasta el momento en que se registró, la pareja estaba casada en bienes gananciales. Lógicamente, esta condición beneficia a la colaboradora.
En otro apartado, se explica cómo se dará disolución al matrimonio en caso de divorcio. En este apartado, Ana María Aldón y Ortega Cano firmaron un acuerdo en el que confirmarían su divorcio mediante un comunicado común. Así que si uno de los dos no quiere comunicarlo, el otro debe guardar silencio, y esto es lo que habría pasado en estos últimos meses. En caso de no cumplir con esta cláusula, la persona que rompe con el contrato deberá pagar a la otra una importante cantidad de dinero.