El 31 de agosto de 1997, un trágico accidente acabaría con la vida de Lady Di, una de las figuras monárquicas más queridas y recordadas de la historia. Su muerte fue un hecho que conmocionó al mundo entero, dado que la princesa Diana se había convertido en la querida ‘Princesa del pueblo’, la representación más humana y cercana dentro de una monarquía que se había caracterizado por sus estrictos lineamientos. Ahora, 25 años después, la imagen de Diana sigue vigente frente a millones de personas, puesto que su legado ha traspasado fronteras y ha permanecido intacto a lo largo de los años. Sin embargo, lo que sí hubiera cambiado con el pasar de los años es su apariencia física. Para demostrar cómo se hubiera visto Lady Di en la actualidad, se ha hecho uso de una aplicación en la que han usado fotos icónicas de la princesa, pero añadiendo algunos rasgos representativos de una mujer de 61 años para mostrar cómo sería.
Primero, hay que tener en cuenta que Lady Di, además de ser una importante figura humanitaria, también fue uno de los íconos de la moda más importantes de la década de los 80 y parte de los 90. Cambió por completo el concepto de moda dentro de la realeza y construyó un estilo royal fashion que rompió con las normas de estilo del imaginario principesco, ofreciendo una imagen fresca y renovada, dentro de un entorno en el que no se permitía jugar demasiado con la moda. Y aunque Lady Di era irreverente a la hora de vestir, solía presentarse con un maquillaje sutil y poco recargado para le época, por lo que la naturalidad en su cara, su icónico corte de pelo y su habilidad para combinar prendas, la convirtió en el mayor referente de moda de su época. Teniendo eso en cuenta, se puede afirmar que Lady Di no se hubiese sometido a ningún tratamiento para cambiar la apariencia de su cara, por lo que las líneas de expresión y algunas arrugas serían evidentes, sobre todo en el cuello.
¿Cómo se maquillaría Lady Di a sus 61 años?
Probablemente, teniendo en cuenta las tendencias en el mundo del maquillaje, la princesa Diana hubiera reemplazado su icónico eyeliner azul, que recalcaba sus párpados caídos y su mirada un poco triste, por una técnica que le abriera la mirada, pero sin llegar a ser muy llamativa. Es probable que Lady Di hubiera apostado por un look de ojos con una sombra neutra en la base y un sutil eyeliner, pero no tan dramático como en los 90. Además, hubiera complementado su look con varias capas de máscara de pestañas, la base Clarins Satin Finish Foundation, su favorita de todos los tiempos, y un poco de colorete color coral en las mejillas.
Asimismo, la princesa se hubiera mantenido fiel a su melena corta y rubia, aunque la tonalidad de su pelo se habría vuelto un poco más ceniza y platinada por la aparición de las canas, que seguramente llevaría con mucho estilo.