Hace un año, la célebre cantante Raffaella Carrà perdió la batalla contra el cáncer de pulmón, enlutando así a la industria de la música con su fallecimiento. Sus familiares, amigos más cercanos y sus fans se despidieron de ella con los máximos honores, recordándola como una de las voces más representativas del siglo XX. No obstante, un año después de su muerte, muchas personas se han preguntado ¿Qué pasó con la herencia y los bienes de la italiana?

Debido a que la cantante no tuvo descendencia, la prensa italiana se ha dado a la tarea de averiguar quiénes han sido los beneficiarios de su herencia, resaltando los nombres de Matteo y Federica Pelloni, hijos de su también fallecido hermano, Renzo Pelloni, su última pareja, Sergio Japino, y las hijas de Gianni Boncompagni, el primer gran amor de ‘La Carrà’. Además, gran parte de su fortuna se repartiría con las asociaciones benéficas con las que la intérprete solía colaborar.

Entre el gran patrimonio de la intérprete de ‘Hay que venir al sur’ destacan tres casas, incluida su residencia oficial ubicada en Roma en la vía Nemea 21 en el barrio de ‘Vigna Clara’, una hermosa mansión de tres plantas y frondosos jardines, siendo Sergio Japino, su pareja durante las últimas tres décadas, el beneficiario de esta mansión. Además, tenía otra propiedad en la Toscana, una hermosa villa en el Monte Argentario. "Raffaella nos ha dejado, nos ha dejado. Se ha ido a un mundo mejor, donde su humanidad, su inconfundible risa y su extraordinario talento brillarán para siempre”, indicó Japino en el momento de dar a conocer la noticia del fallecimiento de la cantante, asegurando que su amada era como "un espejo en el que mirarte y con el que puedes saber dónde te equivocas y dónde estás. A veces, puedes encontrar luchas muy fuertes, pero de este choque puedes sacar cosas y salir adelante".

Otro de los herederos de la fortuna de Raffaella Carrà son sus dos sobrinos, de quienes se encargó totalmente cuando su hermano Renzo murió, en 2001. Aunque nunca tuvo hijos biológicos, la cantante amaba a sus sobrinos como si fueran sus propios hijos. “No soy madre, pero hago de padre para mis sobrinos. Me dan algo que hacer y estoy feliz. Soy un poco su padre, pueden contar conmigo para cualquier problema. Los amo: cuando no trabajo estoy con ellos, vienen a verme...", comentó hace un tiempo en una conversación con ‘Oggi’. Asimismo, su sobrino Matteo aseguró que la cantante “ocupó el lugar de mi padre cuando falleció, siempre nos brindó el mejor cariño y la mejor educación”.

Otra de las posibles herederas de su gran patrimonio son las tres hijas de Gianni Boncompagni, quienes habían sido abandonadas por su madre a temprana edad. “La recuerdo como Mary Poppins. Era un huracán en casa. Papá era un hombre que vivía solo con tres hijas y se puede imaginar en qué estado encontró la casa cuando vino a vivir con nosotras. Yo era la más pequeña, y para todas nosotras fue como una madre. Teníamos en común el hecho de que a ella le había abandonado su padre, a nosotras, la madre”, indicó Bárbara Bomcompagni.