Pamela Anderson es uno de los personajes inolvidables de los 90. Una carrera que comenzó en Hollywood como modelo, un ícono de las revistas Playboy y una salvavidas intrépida. Ha tenido innumerables papeles en la pantalla chica y hoy en día su nombre es totalmente familiar. Pero tratándose de las tablas, nunca había tenido el honor. Fue una sorpresa advertir que estaría debutando en Broadway, muchos no creyeron que pudiera conquistar ese desafío. Y, contra todo pronóstico lo ha logrado, ahora es una estrella del teatro.
El regreso de Pamela Anderson al mundo artístico es por todo lo alto, con uno de los proyectos más grandes que se recuerde. Nada menos que Chicago, el musical de Bob Fosse y Fred Ebb, donde da vida al papel de Roxie Hart. Comenzó su carrera de 8 semanas por Broadway, asombrando a críticos y fanáticos por su estupenda actuación y canto. Lo cierto es que el público aplaudió y se deshizo en halagos, algo que ha destacado después de una temporada de bajas y críticas regulares.
Seguramente, para la actriz de 'Guardianes de la Bahía' ha sido inmenso tener la oportunidad de participar en una producción con más de 25 años de gloria. Anteriormente fue Renée Zellwegger quien hizo el papel de Roxie, obteniendo una nominación para la gala de los Óscar del 2002. Y en esta fecha nadie se ha sentido defraudado al ver una vez más a Hart en la cara de Anderson. Resultó ideal para interpretar a la adúltera de 1920 que acaba con la vida de su madre y se gana la atención de los periódicos. Pese a que no se trata de la próxima Céline Dion, sus solos en canciones como Funny Honey y Roxie fueron excelentes.
La preparación de Pamela Anderson para actuar en Broadway
El musical de Chicago es —sin lugar a dudas— uno de los más importantes que ha hecho en su vida, eso lo tenía claro. Solo las grandes leyendas ocupan un papel significativo en el mundo del teatro, por eso se enfocó en la preparación. “Simplemente me lancé a los ensayos”, conversaba con CNN hace poco. “Y eran seis, siete, quizás ocho horas al día. Estaba haciendo cuatro horas de baile, una hora de voz, dos horas de actuación... Luego vine a Nueva York y me metí de lleno en esto con David Bushman y el director”, explicaba la modelo.
Al igual que para los demás, para ella fue impactante descubrir que podía cantar. “Y es increíble porque no me daba cuenta, obviamente, tu voz, es un músculo, y cada día mi voz se vuelve más y más fuerte, hasta que miro detrás de mí y pienso, ¿quién está cantando así?”, relató. En cuanto al baile, confesó que: “No soy bailarina (…) Ni siquiera sé cómo lo hice”. Aparte de esto, comentó que hace más de 10 años obtuvo la propuesta de unirse a la función. Sin embargo, en ese momento sus labores de madre no se lo permitieron y tuvo que declinar. Actualmente, lo ve en retrospectiva y piensa que ocurrió en el instante correcto.
¿Podrá Pamela Anderson ganar un Tony para esta temporada?