Los escándalos protagonizados por Meghan Markle y el príncipe Harry no son nuevos en el mundo del entretenimiento y de la realeza. La ex actriz de 'Suits' y el hermano del príncipe Guillermo han sido el centro de innumerables titulares, en especial tras sus recientes desafíos profesionales. La ruptura de Archewell Audio y Spotify, la plataforma que transmitía el podcast 'Archetypes', presentado por Meghan Markle, ha añadido un capítulo más a la montaña rusa de triunfos y desilusiones que parecen haber atormentado a la pareja en los últimos meses.
En medio de las especulaciones sobre el futuro de la relación de los Sussex, un giro inesperado ha tenido lugar en la disputa entre Meghan y Harry. Según medios estadounidenses, Meghan ha presentado una demanda de divorcio que incluye la custodia exclusiva de sus dos hijos, Archie y Lilibet Diana. En medio de esta crisis familiar, Carlos III ha decidido tomar partido, y ha anunciado su intención de librar una feroz batalla legal para garantizar el bienestar de sus nietos y su papel en la educación y en la crianza de los niños en Londres.
La demanda de divorcio presentada por Meghan Markle ha levantado más de una ceja en los círculos reales. Con una cifra astronómica de 80 millones de dólares en juego, la ex actriz parece estar dispuesta a todo para alejar a sus hijos de la influencia de la realeza y de las tradiciones de Buckingham. Manteniéndose en el centro de atención y aferrándose a su título de duquesa de Sussex, Markle ha demostrado una vez más su determinación por mantener su estatus y su lujoso estilo de vida en EE.UU. Pero Carlos III no está dispuesto a ceder ante las exigencias de su futura ex nuera.
Carlos III interviene en la disputa familiar
Según ha trascendido, el nuevo monarca británico ha decidido intervenir en la disputa por la custodia de sus nietos, brindándole apoyo legal y financiero a Harry para asegurarle una ventaja significativa sobre Meghan Markle durante el proceso de divorcio. El rey, con su extensa experiencia en los intrincados caminos del poder, ha asumido un papel de mediador que pocos podrían haber anticipado. No obstante, el monarca establece una condición esencial para continuar apoyando a su hijo: Harry deberá retornar al Reino Unido en compañía de sus hijos, permitiendo así que los pequeños se desarrollen como auténticos príncipes y asuman sus responsabilidades dentro de la institución monárquica en los años venideros. A cambio de este paso, el príncipe recuperaría sus derechos dinásticos y las posesiones de alto valor que lo acompañan.
Nueva vida para Archie y Lilibet en Londres
Esta determinación se fundamenta en el deseo del soberano británico de alejar a los príncipes Archie y Lilibet Diana de los reflectores de Hollywood. Por este motivo, Carlos III le ha planteado a Harry la opción de mudarse junto a sus hijos a uno de los apartamentos privados en el Castillo de Windsor. En dicho entorno, los pequeños podrán crecer alejados de la atención pública mientras reciben una educación de élite en instituciones de renombre, tales como Lambrock School y Eton College.