El Alzheimer es una enfermedad que está a la orden del día. Parece propia de edades avanzadas, pero a veces puede aparecer mucho antes, como en el caso de Carme Elías. La veterana actriz de cine y teatro ha confesado a sus 71 años que padece Alzheimer. La catalana ha hecho esta revelación tras recoger su premio especial del Festival de cine sobre el cerebro Brain Film Fest en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB).
"Finalmente, después de un largo y doloroso recorrido de médicos, pastillas, miedos, incertidumbre y mucha valentía, llega la innombrable palabra: alzhéimer", ha asegurado Elías, que ha dado las gracias a la Fundación Pasqual Maragall por invitarla "a dar visibilidad y dejar testimonio de una enfermedad que no tiene aún marcha atrás”.
Su testimonio ha sido desgarrador, pero realmente sincero. Sin tabúes. Ha narrado todo el proceso, desde que sintió los primeros síntomas hasta que le llegó el diagnóstico. Así, ha señalado que "al principio cuesta porque no hay señales externas, pero poco a poco te encuentras que estás rodando una película y no puedes continuar con el texto. Primero te falla sutilmente la memoria y luego, de manera más contundente”. En el rodaje de su última película se quedó en blanco y sintió miedo escénico por no poder continuar.
Ha lamentado "la perversidad" de una enfermedad "que no tiene cura", que "te saca tu ser" y que "te lleva hacia la nada", y ha lanzado un mensaje de solidaridad para las familias que "son espectadoras de la agonía" de su ser querido.
Carmen Sevilla sufre la enfermedad desde 2013
No es el primer rostro conocido que sufre esta enfermedad. Todos recordamos a Carmen Sevilla y sus ovejas en el Telecupón. A pesar de su avanzada edad, la actriz todavía se encuentra en buena salud en una residencia de Madrid. A sus 90 años ya no tiene ningún tipo de recuerdo. Ya no se acuerda de nada. Ni de sus grandes años 50 y 60, donde fue la artista revelación, ni las más de 70 películas que protagonizó. En 2013 empezó su declive con las primeras pérdidas.
Cuando ya notó que tenía pequeños despistes y se le hacía difícil trabajar, dejó su carrera televisiva. Tres años antes del diagnóstico definitivo. Solo recibe la visita de su hijo Augusto y un par de amigos de la familia. Su hijo ha querido llevar la enfermedad de su madre en la más estricta intimidad, por este motivo no se habla absolutamente nada de ella. Quiere que sus fieles seguidores se queden siempre con su viva imagen de la gran artista que fue. Se la recuerde con mucho cariño.