Carolina de Mónaco es una de las royals más famosas del mundo. Su pasión por la moda, su elegancia y su posición privilegiada dentro del Palacio Grimaldi la han hecho destacar del resto. Sin embargo, también es reconocida por sus fallidas relaciones amorosas: un matrimonio por rebeldía, uno por amor, pero con un final trágico y otro para forjar alianzas con otra Casa Real. Además, la hermana mayor del príncipe Alberto de Mónaco también ha sido acusada de ser infiel y por partida doble.

Cuando tenía 21 años, la princesa Carolina se casó con Phillippe Junot, un millonario francés 17 años mayor que ella. A pesar de que sus padres, Rainiero III y Grace Kelly, se opusieron a esta unión, Carolina decidió hacer caso omiso a sus consejos y se casó con Junot. No obstante, este matrimonio solo duraría dos años y desencadenaría una guerra entre el Principado de Mónaco y el Vaticano, dado que la Santa Sede no quiso conceder la anulación eclesiástica en ese momento. Además, durante los últimos meses que estuvo casada con Junot, Carolina de Mónaco le fue infiel con el tenista argentino Guillermo Vilas, con quien mantuvo un tórrido romance durante cinco meses. Ambos se conocieron en el Open de Mónaco y luego compartieron una noche muy divertida en la discoteca Jimmy Z. La atracción entre ellos fue inmediata e iniciaron una relación romántica pese a que Carolina aún estaba casada con Phillippe Junot.

Tiempo después, Carolina inició una relación con Robertino Rossellini, hijo del cineasta Roberto Rossellinni y la actriz Ingrid Bergman, amiga íntima de Grace Kelly. Esta relación era perfecta para el Principado, pero todo cambió cuando ella conoció a su gran amor, Stéfano Casiraghi. Tanto Carolina como Stéfano estaban en una relación con otra persona, pero decidieron escaparse juntos unos días y al regresar apostaron por su amor, dejando a sus respectivas parejas con el corazón destrozado. Carolina y Stéfano se casaron y tuvieron 3 hijos, pero lamentablemente él falleció en un terrible accidente en una lancha deportiva.

Carolina de Mónaco y su incesante búsqueda de amor

Después de la muerte de su verdadero amor, Carolina de Mónaco se fue a vivir junto a sus tres hijos a Saint-Rémy-de-Provence. Durante el tiempo que estuvo ahí la acompañó Vincent Lindon, una relación de la que Carolina nunca quiso hablar, a pesar de que él afirmó que ella lo dejó para casarse con Ernesto de Hannover.

Ernesto de Hannover y Carolina de Mónaco comenzaron una relación en 1996. Ambos eran muy buenos amigos y tenían muchas conexiones por sus vínculos reales. Él fue un gran apoyo para Carolina cuando estaba de luto por Stéfano Casiraghi, aunque en ese momento estaba casado con Chantal Hochuli. Tiempo después se divorció de ella y en 1999 se casó con Carolina de Mónaco y fruto de esa relación nació Alexandra de Hannover, la hija menor de la princesa Carolina. En 2008 se separan, aunque siguen estando legalmente casados al no haber formalizado su divorcio. Desde ese momento, no se le ha conocido ninguna otra pareja a la mayor de los Grimaldi.