Junio es un mes marcado en negro para toda la familia de Rocío Jurado. La cantante falleció a causa de un cáncer de páncreas en su casa de Madrid, ‘Montealto’. En esa increíble mansión donde la prensa cubrió la fatal noticia, la artista pasó sus últimos días junto a Ortega Cano y sus hijos, José Fernando y Gloria Camila.
Mientras Rocío Carrasco inaugura por fin el museo homenaje a su madre, en Chipiona, se despide de uno de los recuerdos de su madre, ‘Montealto’. Su mansión ubicada en la exclusiva zona de La Moraleja. La vivienda se encuentra prácticamente abandonada, es el reflejo de una familia completamente rota.
Hace unos meses se hicieron públicas unas imágenes del exterior de la vivienda y solo notábamos el paso del tiempo y el abandono. Los fans de la más grande mostraron su dolor. No pueden creer como han abandonado un lugar muy importante para Rocío Jurado cargado de vida. Allí libró su batalla contra el cáncer. Era su refugio, donde se apoyaba en los suyos y se sentía segura.
Tal y como anotó en su testamento, Rocío Jurado deseaba que esta propiedad se vendiese como última voluntad. No quería a nadie viviendo en esa casa donde la cantante sufrió de dolor y donde solo hay un mal recuerdo para sus familiares.
La casa de Rocío Jurado de nuevo a la venta
El portal Idealista ha difundido una serie de fotografías donde podemos ver la vivienda por fuera, completamente abandonada y descuidada. Se encuentra a la venta por 3,4 millones de euros, pero hay que gastar muchísimo más en arreglarla.
Hace unos años la finca fue vendida a un inversor. Sin embargo, debido a la crisis económica de 2008 se frutaron sus planes y la finca salió a subasta pública como consecuencia de las deudas.
La vivienda cuenta con 960 metros construidos sobre una parcela de 2.600 metros cuadrados. La cantante la compró en los años 80. Según puede apreciarse en las fotos publicadas en el sitio web dedicado a operaciones inmobiliarias, la casa de Rocío Jurado se encuentra sin vida. Una piscina vacía, un triste jardín reseco y sin color alguno, así como objetos abandonados en su exterior, dan cuenta de ello.