Charlene reaparece y desata de nuevo los rumores sobre su relación con Alberto de Mónaco. Desde hace meses se habla de una posible ruptura, aunque ninguno de los dos ha confirmado la noticia. El único en hablar de ello ante la prensa ha sido el príncipe, quien se encarga de desmentir esas informaciones. El año pasado la princesa desapareció en su viaje a Sudáfrica. Nunca más la volvimos a ver. Solo sabíamos que había sido operada por varias infecciones, en la nariz y la oreja. Pero después se conoció que ingresó en un centro debido a su adicción a los somníferos. Charlene atravesaba una fuerte depresión.
Ahora ha reaparecido al lado de sus hijos y su marido, sin embargo su sonrisa es muy disimulada, casi impostada. Charlene de Mónaco no es feliz en el principado, ni al lado del príncipe. Y parece, según las últimas informaciones que nunca ha sido feliz. Tampoco muestra una gran estima por los pequeños.
Ya se habla de un posible acuerdo de divorcio. No obstante, por el bien del reinado, Alberto de Mónaco le pide a su todavía mujer que continúe ejerciendo sus compromisos profesionales como princesa. Ella se trasladaría a vivir a Suecia completamente sola. Los niños se quedarían en Mónaco, no obstante puede verlos siempre que quiera. En verano pasarían tiempo con ella. Por sus labores, Charlene habría pedido 12 millones de euros al año.
Charlene firmó un contrato antes de casarse con Alberto
Dicen que Alberto de Mónaco se casó con la nadadora sudafricana para acallar los rumores de las últimas décadas sobre su homosexualidad. Sin embargo, los acrecentaron. Charlene intentó huir antes del enlace, pero fue interceptada y se le obligó a casarse. Pasaron la luna de miel en hoteles distintos.
Había firmado un acuerdo prenupcial draconiano que le exigía una boda, permanecer casada cinco años y darle un heredero al principado. Otros rumores detallan que el nacimiento de los mellizos fue por fecundación in vitro. Así que Alberto no habría tenido relaciones con Charlene.