Aunque no estuvo presente por algunos años debido a presuntos problemas de salud, Charlene está de vuelta y por todo lo alto. Así lo ha demostrado desde que regresó a su cronograma oficial. Recientemente, la princesa de Mónaco acudía sola a la tradicional misa con motivo del día tradicional de su país. Su marido, el príncipe Alberto, se ha contagiado de coronavirus por tercera vez y se perdió no solo esta misa, sino también la celebración del pasado 26 de enero por la tarde en honor a Santa Devota, en la que sus hijos se convertían en los absolutos protagonistas tras encender con unas velas la embarcación que se quema cada año.
Tal como relata Vanitatis, la princesa se plantaba sola y muy segura de sí misma en la catedral de Mónaco para atender la misa pontificia que se celebra cada año. Fue en la mañana cuando se le vio bajar del coche oficial enfundada en un elegante outfit compuesto por una chaqueta de solapas en color gris, que ha combinado con una falda de bajo desigual en color visón y jersey de cuello vuelto debajo, también en gris.
Tenía un aspecto alegre y radiante, pisaba fuerte con un par de botas altas que la han protegido de esta mañana de enero, en la que no ha dudado en enfundarse un par de guantes de piel en color marrón. Como muestra de autoridad, la exnadadora decidió sentarse en la primera fila como una ciudadana más y dejó vacío los bancos laterales que se disponen para la familia real en los costados. Lo que más llama la atención de todos es que precisamente hace un año se esperaba la asistencia de Charlene y no apareció. Sin embargo, en su lugar estuvo su esposo el príncipe Alberto junto a sus hijos, Jacques y Gabriella, y al mismo tiempo contó con la presencia y ayuda de su hermana Carolina de Mónaco, quien se mostró muy cariñosa y atenta con sus sobrinos. Pero ahora que la princesa de Mónaco ha regresado con todo, recuperando su poder, se percibe cómo poco a poco va desplazando a sus cuñadas, Carolina y Estefanía de Mónaco de la vida pública del país.
Charlene cuenta con un nuevo apoyo
Su nueva fiel escudera se llama Mélanie-Antoinette Costello de Massy y resulta que es una prima de los Grimaldi. Hija de la querida Elizabeth-Ann de Massy, quien fuera, hasta su fallecimiento en 2020, la prima preferida no solo de Carolina de Mónaco sino también de Alberto y, en su día, presencia fundamental para Grace Kelly. Lo más sorprendente para todos es que su hija es quien ahora está siendo un apoyo en estos últimos actos oficiales de la sudafricana, como su madre lo fue para Grace Kelly en un momento en el que no contaba con el respaldo de su suegra, Carlota Grimaldi, madre de Rainiero.
Actualmente Mélanie-Antoinette se ha convertido en un gran apoyo para la exnadadora, quien se ha visto obligada a cumplir con los actos del día de la patrona de Mónaco sin Alberto, quien se recupera sin mayor obstáculo de la enfermedad.