Hace poco más de un año, la princesa Charlene se sometió a una operación en la boca que consistía en una elevación del seno maxilar, un procedimiento sencillo y habitual que se realiza antes de la colocación de un implante dental. Charlene se realizó este procedimiento unos días antes de su viaje a Sudáfrica, sin saber que quedaría expuesta a contraer una fuerte infección que casi le cuesta la vida y que la obligó a asistir a un hospital en el país africano.

El hermetismo rodeó todo el Palacio monegasco y no se habló nada de su enfermedad hasta el mes de mayo, después de que no se presentara a un evento programado en el marco del Gran Premio de Mónaco de la Fórmula 1. “La princesa Charlène de Mónaco contrajo una infección otorrinolaringológica que no le permite viajar durante su estancia en el continente africano para llevar a cabo labores de conservación de la fauna”, afirmaron en el primer comunicado oficial donde se referían al grave padecimiento que sufría la princesa.  

Ha trascendido, según informó la revista sudafricana “You” que la esposa del príncipe Alberto II de Mónaco sufrió de un grave ataque de epilepsia después de haber sido ingresada de urgencia para someterse a una de las tres cirugías agendadas para tratar la infección en sus oídos, nariz y garganta que estaba atentando contra su vida. Esta convulsión se produjo a finales del verano de 2021 y por la volvió a ser ingresada de urgencia en el hospital de Durban en Sudáfrica. Según afirmaron en la revista, esta “operación fue especialmente difícil” para ella, motivo por el cual no pudo descansar adecuadamente, lo que habría desencadenado los ataques epilépticos. Una fuente afirmó a la revista que este tipo de convulsiones son comunes en casos de infecciones graves y de fiebre muy alta.

Charlene y Alberto de Mónaco/ EFE

Después de unos meses luchando por su vida en Sudáfrica, la princesa Charlene regresó al principado y algunas fuentes cercanas al palacio afirmaron que la princesa “casi muere” estando en Sudáfrica debido a las múltiples cirugías a las que se sometió y por la preocupante pérdida de peso, según afirmó el medio “Page Six”. “Lleva más de seis meses sin poder ingerir sólidos debido a todas las cirugías que se le han realizado desde entonces. Únicamente ha podido ingerir líquidos a través de una pajita, por lo que ha perdido casi la mitad de su peso corporal”, declaró la fuente al citado medio. La fuente también aseguró que la princesa estaba realmente agotada física y mentalmente a causa de esta infección.  “Se siente exhausta después de seis meses de cirugías y a su incapacidad para alimentarse adecuadamente como resultado de las mismas. Además, echaba desesperadamente de menos a sus hijos y a su marido mientras seguía atrapada en Sudáfrica, ya que no podía viajar de vuelta a casa”.

Afortunadamente, la princesa se recuperó (con algunas secuelas) de la infección que casi le cuesta la vida, pero su vida ha cambiado mucho desde ese episodio, al punto de que firmó un contrato con su marido para seguir representando la corona, pero no seguirán con su relación.