Charlene de Mónaco, más conocida como la princesa triste, no es feliz en palacio. Desde hace más de un año se rumorea la posibilidad de un inminente divorcio entre la princesa y el príncipe, que ya podría estar firmado. Alberto de Mónaco intenta no hablar de este tema ante los medios, justifica en todo momento las acciones de su mujer. En febrero de 2021 viajó a Sudáfrica para un compromiso profesional y no regresó. Supuestamente tuvo que ser operado por una infección en oídos y ojos. Pero tras la intervención y el período de recuperación tampoco regresó al lado de su marido y sus hijos. Según informaron, ingresó en una clínica para combatir su adicción a los somníferos. Charlene sufriría una fuerte depresión.
La nadadora sudafricana quiere irse a vivir a Suecia, sola. Sin sus hijos y sin su marido. Aunque a los mellizos les tiene cariño, ella no quería tener hijos. Según apuntan varios medios, tuvo que firmar un acuerdo donde se la obligaba a quedarse embarazada. Un embarazo que tuvo lugar por inseminación artificial, por este motivo se explica el nacimiento de los mellizos. Varios medios desataron la teoría de la supuesta homosexualidad de Alberto de Mónaco.
Charlene de Mónaco acude a los eventos por 12 millones de euros al año
Alberto de Mónaco habría aceptado las peticiones de Charlene, pero con una condición. Le dejaría irse a vivir a Suecia si se hace cargo de sus responsabilidades en Mónaco. Quiere que siga atendiendo sus compromisos profesionales. Ella lo hará a cambio de 12 millones de euros al año, una de las cláusulas que figura en el acuerdo de divorcio.
Hace una semana les vimos a todos juntos en un evento deportivo. El próximo 5 de junio la volveremos a ver. Será en la celebración del famoso Water Bike Challenge. Tras un año sin aparecer, el pasado 30 de abril la vimos junto a su familia para asistir al E-Prix de Mónaco. Se habló de la tristeza de su rostro. Por eso, en el siguiente acto deportivo intentó mostrar una sonrisa.