David Bustamante pasó de la construcción al mundo artístico gracias a su paso por OT. Era conocido como el más sensible de la edición. Por cualquier reconocimiento o por el abandono de sus compañeros se ponía a llorar como una magdalena. Su talento y la gran legión de fans le hizo crecer como la espuma. Sin embargo, en esta última década sus trabajos en el mundo de la música han sido más bien escasos, aunque ha sabido mantenerse. No obstante, el cántabro ha sabido colarse en televisión, un medio donde se mueve como pez en el agua. Ahora está centrado en el musical ‘Ghost’, donde es el protagonista.
A otros compañeros no les ha ido tan bien, como es el caso de su amiga Rosa López. La andaluza quedó primera en la edición, sin embargo, como siempre, eso no te asegura una exitosa carrera. Estas dos últimas décadas para la cantante han sido un absoluto fracaso. No ha aguantado ni en el mundo discográfico ni en la televisión. Precisamente, se ha dejado ver por este último para contar en primera persona su situación actual. Lo ha hecho de la mano de Jordi Évole y ha recibido el apoyo de compañeros como David Bustamante, a quien guarda un gran aprecio.
Rosa López reconoce que sufre una importante crisis económica. Paga las facturas de la luz gracias al apoyo de sus fans. Le encantaría poder volver al gran ‘boom’ que un día fue. Su sueño sería sonar de nuevo en las principales emisoras de radio. “Este es el mejor ejemplo de que las cosas se ganan. El día que suene en cualquier radio será como 'lo he conseguido'. Sería una satisfacción para mí, para mis seguidores, para mi familia, para mi padre”, comentó. Porque la cantante granadina, que en la actualidad cobra “entre 9.000 y 14.000 euros por actuación”, dejó de sonar en la radio en 2004.
Las mentiras de Rosa López para entrar en el concurso
La vida de Rosa López siempre ha estado marcada por la humildad y la sencillez. “Mi padre era un buscavidas. Nuestras vacaciones las pasábamos entre hormigoneras, arena, bloques y ladrillos arreglando casas. Mi padre las compraba, la arreglábamos entre todos y luego la vendía”, ha relatado la cantante. Y es que la granadina mintió sobre sus orígenes. No vivía en el pueblo de Armilla como se dijo, sino en el polígono de Almanjáyar, en la ciudad de Granada. Se mudaron antes de empezar el concurso por miedo que sufriese exclusión.
"No soy de pueblo. Soy de una barriada de Granada. Soy poligonera", sorprendió a Évole. Pero no fueron las únicas mentiras. ”Mentí un poco para entrar en OT: dije que tocaba el piano, que sabía inglés y que vivía en Armilla”. Y así consiguió su sueño. Desde el primer día Rosa se convirtió en la favorita del público, pero ya no queda nada de eso.