‘La que se avecina’ afronta una nueva etapa con cambio de decorado y nuevos personajes. Algunos de los antiguos vecinos de Montepinar no darán el salto a Contubernio, 49. Una de las que ha decidido abandonar temporalmente es Vanesa Romero. La actriz estaba embarcada en nuevos proyectos cuando le comunicaron la continuación de la serie y no podía combinarlos. Lamentablemente, tuvo que despedirse de su personaje, aunque le encantaría regresar en un futuro.
A sus 44 años, Vanesa Romero vive uno de sus momentos más dulces y lo hace en la calidez de su hogar, en Madrid. En compañía de su pareja y sus gatos. La actriz es muy cercana y en sus redes sociales siempre muestra detalles de su día a día, así como partes de su casa. Una vivienda donde predomina el color blanco, que da amplitud, las líneas puras y una decoración muy personal.
Vanesa Romero enseña su casa
Vanesa Romero vive en un chalet unifamiliar con piscina ubicado en una lujosa urbanización a las afueras de Madrid. La entrada da a un amplio jardín que bordea la casa. Al abrir la puerta se encuentra con un espacio abierto donde convive el recibidor, el salón y las escaleras de acceso a la planta superior. La valenciana apuesta por las tendencias nórdicas para la decoración. De esta forma potencia la luminosidad.
Ha eliminado algunas paredes y ha apostado por cristales para que todas las partes de la vivienda estén conectadas y entre más luz. Toda la vivienda es amplia y con mucha luz. El color blanco y la madera en el mobiliario son las principales características.
Desde el salón, en la parte baja, se puede acceder al jardín. Para proteger el acceso a la piscina y diferenciarlo, hay una pequeña balaustrada de cristal, que le da un punto moderno y elegante. Tienen una zona para tomar el sol y desconectar, y otra para tomar algo con amigos.
La cocina cuenta con una gran isleta central donde cocinar cómodamente. También está decorada en color blancos, combinada con electrodomésticos negros. El espacio está muy bien aprovechado.
En la planta de arriba se encuentran los dormitorios, también con paredes blancas y con muebles a juego, en tonos suaves. Toda la casa está decorada de forma minimalista para no sobrecargar los espacios y que dé una mayor sensación de amplitud. La poca decoración que encontramos tiene reminiscencias budistas.