Tamara Falcó vive el mejor momento de su vida tanto personal como profesional. Enamorada de Iñigo Onieva y con una carrera ascendente. Desde que se alzó con el trofeo de ‘MasterChef Celebrity 4’, no ha parado de sumar un proyecto tras otro. Ha dejado atrás su imagen de pija antipática y se ha metido al público en el bolsillo por su naturalidad. Actualmente participa en ‘El Hormiguero’ como colaboradora. Incluso se ha sacado el título de chef. Se mire por donde se mire, este año ha sido el mejor para Falcó, quién tras el fallecimiento de su padre, se ha convertido en la nueva marquesa de Griñón.

Tamara Falcó / ATRESMEDIA 

La hija de Isabel Preysler está ganando a su madre. Se ha convertido en toda una influencer y es una de las mujeres más deseadas por las marcas. Es sinónimo de glamour y un éxito en ventas. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Parece que los primeros pasos como marquesa de Griñón y las cuentas de su empresa no funcionan como es debido.

Tamara Falcó presenta pérdidas importantes en su empresa 

Tamara Falcó / ATRESMEDIA 

Tamara Falcó gestiona su actividad profesional a través de la empresa Gypset Living SL. La sociedad es heredera de la matriz Falcó Preysler SL, su antigua denominación. Falcó es su administradora única. Pero no le va muy bien económicamente a pesar de su gran auge profesional. La colaboradora televisiva ha visto como han caído sus activos de la empresa este último año en el 80%. Desde los 106.322 euros de 2019 hasta los 19.647 euros. Para entender esta brusca caída hay que centrarse en los activos corrientes, que se ha visto reducida desde los 102.724 euros hasta los 13.274 euros facturados en 2020 y el importe neto en la cifra de negocio, sólo 640,50€ en todo el año 2020.

Como dato positivo, Tamara ha conseguido reducir el capítulo de los deudores comerciales que coleaba desde ejercicios pasados, rebajándolo de 16.000 euros en 2019 hasta los 4.530 euros del último balance.

Tamara Falco / ATRESMEDIA 

2020 ha sido un año de luces y sombras para la marquesa de Griñón. Registra una perdida del 50% del efecto líquido en su cuenta corriente, que cae hasta los 8.210 euros. Por este motivo, la sociedad ha declarado una reducción del patrimonio en el 50%, pasando de los 21.183 euros del 2019 a los 10.385 del último ejercicio. No obstante, aunque los ingresos son negativos, la sociedad no está en números rojos. Tamara cuenta con unas reservas en su empresa de más de 26.800 euros. Con esta cantidad puede hacer frente a cualquier imprevisto. Además ha reducido la deuda a la largo plazo (72.412 euros en 2019), que lastraba la sociedad, hasta dejarla en 9.047 euros.