Es un secreto a voces. El posible romance entre Paloma Cuevas y Luis Miguel cobra cada vez más fuerza, a base de rumores que no dejan de aparecer en la prensa del corazón. Un romance que, a juzgar por un gesto del cantante en el pasado, podría ser que Luis Miguel estuviera buscando desde hace tiempo.
Desde que Javier Ceriani desvelara en el programa ‘Chisme no Like’ asegurando que hay un romance entre Cuevas y el Sol de México, las revistas de papel cuché y los programas del corazón no han dejado de dedicar páginas y minutos al asunto. Ninguna de las partes lo ha confirmado, pero tampoco lo ha desmentido.
El presunto romance entre Luis Miguel y Paloma Cuevas cobra fuerza
Se dice que fueron vistos en Miami y después en el restaurante de un lujoso hotel de Madrid. Aunque según señalaba Ceriani recientemente en una entrevista, Paloma se estaría dejando querer a modo de venganza con Enrique Ponce, que sigue alardeando de su amor con Ana Soria. Y es que Luis Miguel y Ponce, al menos hasta hace unos meses, era íntimos amigos. Y no solo con él. El cantante tenía una devoción importante con Paloma, tal y como lo demuestra el episodio que relata Informalia.
Resulta que hace unos años Enrique y Paloma se encontraban en el domicilio que Luis Miguel tiene en México. Señala el medio que el artista solía ser el anfitrión de la pareja cuando el torero tenía compromisos en el país norteamericano. Y Luis Miguel acababa de sacar un nuevo disco. No obstante, este solo estaba a la venta en Estados Unidos. Y Paloma, que no lo había podido escuchar porque entonces era complicado conseguir álbumes a la venta en otros países, lamentaba no haber disfrutado de su nuevo trabajo.
Luis Miguel activa su jet privado para comprar un disco
Ante tal tesitura, Luis Miguel ordenó a sus empleados que cogieran un avión privado, pusieran rumbo a Miami, compraran una copia del disco y regresaran con él para que Cuevas pudiera disfrutar de sus nuevas canciones. Una idea que le habría costado a Luis Miguel varios millones de dólares y que habría superado cualquier sorpresa que antes le hubiese podido dar Enrique Ponce. Un gesto que no suele realizar nadie si no es que hay un interés de por medio que va un poco más allá de la amistad. Con todo, también es extraño que Luis Miguel no tuviera ni una mísera copia de su nuevo disco en su domicilio. Quizás quiso presumir de galantería.