Jorge Javier Vázquez se encuentra en horas bajas. El presentador atraviesa nuevos problemas de salud y aún así sigue en pleno rendimiento en ‘Sálvame’, aunque el programa ya no anota los datos esperados. De hecho, es el espacio menos visto de la cadena. Un fracaso. El catalán ya no tiene el cariño del público. Ya se lo dijo Paz Padilla: “todo lo que sube baja”. Y efectivamente. Y no es el único. Hay muchos presentadores que se han convertido en juguetes rotos del grupo de comunicación.

En este caso no queremos hablar de María Teresa Campos, sino de Luján Argüelles. La presentadora lleva mucho tiempo fuera de la pequeña pantalla. Durante muchos años fue una de las presentadora más queridas. Presentó con éxito programas como ‘Password’, ‘Granjero busca esposa’, ‘Un príncipe para tres princesas’ o ‘Quién quiere casarse con mi hijo’.

Luján Argüelles tocó fondo cuando el teléfono dejó de sonar 

Este último tiempo de desconexión lo ha utilizado para escribir su último libro, ‘Aprendiendo de nuevo a vivir’. Luján ha concedido una entrevista a la revista Lecturas y ha explicado cómo vivió ese ‘boom’ televisivo y como acabó considerándose un “despojo humano”.

La asturiana se sincera como nunca, y asegura que ha llegado a tocar los infiernos, pero hace todo lo posible por renacer. "Cuando estás medio bien te aferras al conformismo. Y cuándo tocas fondo, es cuando despiertas”.

Argüelles confiesa que hace tiempo un medio de comunicación tituló una noticia sobre ella donde la llamó “una vieja leyenda” y le dejó “una herida abierta”. En ese momento profesional tan crítico, la presentadora, reconocía en el libro que "contacté con un gurú de la televisión para relanzar mi carrera”.

"Me decía: "Vístete con discreción, no gesticules...". Ahí estaba flipando. [...] Estaba acobardada y me dije que cómo le iba a decir que qué narices me estaba diciendo. Me estaba pidiendo que fuera mentira", reconocía la presentadora en la entrevista.

Luján Argüelles se sentía totalmente apartada de la televisión, una persona que ya no servía para nada. "Como seres humanos todos, excepto los psicópatas, compartimos un abanico de emociones. Conozco gente exitosa a la que sus emociones negativas pueden con las positivas la mayoría de los días".

Fue su hija quien le ayudó a encarrilar su vida. "La vida te está susurrando todo el tiempo, el problema es que hay tal volumen de ruidos y vives tan en el sentido de urgencia, tan corriendo, que no escuchas. Cuanto te paras y escuchas, quien te va a dar todas las pautas para salir victorioso eres tú mismo”.