Deben ser escasas las personas que no han visto Dirty Dancing, la película que catapultó a Jennifer Grey hasta la cima. Compartió créditos con Patrick Swayze, ambos hicieron suspirar al público con su romántica interpretación. Se trata de un amor imposible que rompe algunas reglas y consigue, a través del baile, un vínculo muy fuerte. Este largometraje se convirtió en uno de los más destacados de los 80 y, presuntamente, sería el inicio de una carrera exitosa para su protagonista. Sin embargo, no fue así como sucedió. Pues la actriz acabó con su carrera en Hollywood por operarse la nariz. No creerás todo lo que pasó.
Hoy en día sería más fácil determinar cuántas estrellas que vivieron un verdadero “boom” fueron completamente olvidadas por un capricho u otro. Hay un grupo de celebridades que, pretendiendo ralentizar el tiempo y así durar un poco más en el escenario, terminaron perdiendo su identidad. En un principio, las motivaciones de Jennifer Grey se debían meramente a un problema de salud. Pero después se dejó asesorar mal y su imagen fue el precio a pagar. Este es uno de los episodios más destacados de su recién publicada biografía, 'Out of the Corner'. A continuación, te contamos su paso por el quirófano y posterior efecto.
El arrepentimiento de Jennifer Grey por la rinoplastia que se hizo tras Dirty Dancing
Las dos cirugías de nariz a las que se sometió Jennifer fueron después de interpretar a “Baby Houseman”. A la edad de 27 años, y con unas perspectivas futuras prometedoras, estaba destinada a formar parte del firmamento de súper estrellas. No obstante, parece que la buena fortuna la abandonó. De acuerdo con sus declaraciones, modificar su nariz no estaba en sus planes. En 1989 fue cuando visitó a 3 cirujanos por insistencia de su madre, Jo Wilder. Aunque, en realidad, era el estereotipo de belleza que se manejaba en esos tiempos lo que impulsaba su ingreso en la sala de operaciones. Además de la perspectiva de tener más oportunidades laborales.
Tras la primera intervención, los resultados no fueron los esperados, así que decidió darle una segunda oportunidad para enmendar los detalles desafortunados. Pero no sirvió, pues el aspecto final fue incluso peor. “Entré al quirófano siendo una celebridad y salí siendo una anónima”, escribió Grey en sus memorias. Según mencionó, la irregularidad de la primera operación pasó a ser peor porque la nariz le quedó “acortada”. Cuando finalmente salió a la luz pública, acudió a un estreno cinematográfico y Michael Douglas no sabía quién era ella. Los fotógrafos tampoco le hacían caso y una empleada del aeropuerto le dijo que había una actriz que se llamaba como ella.
Este fiasco clínico definitivamente le costó su anhelado lugar en Hollywood. Apareció en otras películas de los 90, pero ninguna tuvo éxito. Así que al final no la tomaban en cuenta para los castings. Igualmente, se convirtió en un tema que los medios utilizaban sin piedad. “Ser incomprendida a nivel mundial fue muy doloroso”, confesó a The Times.
Es posible que Jennifer Grey pueda redimirse en la secuela de 'Dirty Dancing' que está en etapa de grabación.