MYHYV fue uno de los programas más vistos entre los adolescentes. En su década de emisión lideraba los mediodías en Telecinco, sin embargo, en el último sufrió modificaciones. De la cadena principal quedó relegado a Cuatro. Cambio de presentadora y terminó cancelado. Por el programa han pasado muchos juguetes rotos de Mediaset, posiblemente por ello Paolo Vasile quiera recuperar el programa de algún modo. Se prepara un dating show similar de la mano de Nagore Robles.
A lo largo de sus 13 años de historia hemos vivido todo tipo de historias de amor, aunque más bien pocas han acabado bien. De este formato se han descubierto grandes nombres de la cadena como Tamara Gorro, Rafa Mora, Cristian Toro, Efrén, Labrador, Santana, Leo Cámara, Steisy, entre otros.
Pero en este artículo vamos a centrarnos en uno de los concursantes que fueron muy conocidos en su día, pero ahora han caído en el olvido. Se trata de Pascual Fernández. Tras terminar el programa tomó la decisión de abandonar las cámaras y dar un giro profesional a su vida. No obstante, no se alejó tanto. Probó suerte con su faceta interpretativa. Ha usado las redes sociales para hablar del drama que está viviendo, por mucho que siga creyendo que “la capacidad de ser camaleónico es fundamental para un actor”.
Los tatuajes han sido un problema para Pascual Fernández
Pascual Fernández tiene una pasión, los tatuajes. De hecho, prácticamente tiene todas las partes de su cuerpo, menos la cara, completamente tatuadas, ya no cabe ni un solo dibujo de tinta más. Prácticamente gana a Sergio Ramos. Sin embargo, parece que esta afición por los tatuajes habrían hecho que perdiese muchos trabajos como actor. La mayoría de los personajes de series o películas no están tan tatuados y no encaja en ningún perfil. Cuando se quita la ropa todos los directores de casting le echan atrás.
“Tengo muchos problemas por estar tan tatuado a la hora de pillar papeles tanto de ficción, como de publicidad, ya que son muy limitados esos papeles…”, cuenta junto a un vídeo donde muestra como debe taparse los tatuajes con maquillaje para poder trabajar con más o menos éxito. “De esta manera facilito a los/las directores de casting, agencias o productoras la visión de mi personaje sin tatuajes… Así no me cierro totalmente a la posibilidad de cambiar de piel, si lo requiere el guion”. Todo por encontrar trabajo. Es uno de sus mayores sueños y no lo quiere dar por perdido.