David Bisbal es el único concursante de OT que ha conseguido borrarse esa alargada sombra y convertirse en un cantante a la altura del resto, con una importante proyección internacional. Podríamos decir que es igual de famoso que Juan Luis Guerra. El dominicano tiene preparadas las maletas para iniciar su gira en España. Le llevará a Sancti Petri, Valencia, Murcia, Bilbao y Barcelona, poniendo broche en el Wizink Center de Madrid el día 10. Tendrá lugar en julio. ‘Entre mar y palmeras’ es el nombre de la gira.

Por la pandemia hace años que Juan Luis Guerra no ha pisado España. Su última visita fue en junio de 2019. El cantante de bachata sufrió una intervención de corazón en el mes de diciembre que se llevó en la más estricta intimidad, solo trascendió una nota de prensa tranquilizante.

A Juan Luis Guerra le abalan 30 millones de discos vendidos, tres Grammy estadounidenses y 27 latinos, y su peculiar look con su 1,96 de estatura y su inconfundible sombrero. Sus letras suelen hablar de amor, pero también de males autóctonos como pobreza, emigración o el corrupto sistema político. Es por ello que ha logrado conectar con todos los continentes. En sus conciertos ha llegado a superar el medio millón de asistentes. Su vida ha dado un giro de 180 grados. Nació en una familia acomodada en Santo Domingo, donde se formó en Filosofía y Literatura. Tras estudiar guitarra en el conservatorio dominicano, decidió marcharse a Estados Unidos matriculándose en el Berklee College of Music de Boston, donde logró un diploma en composición de jazz. 

Juan Luis Guerra sufrió una crisis y se bajó de los escenarios 

En su juventud se hizo mundialmente conocido. El éxito le llegó de golpe y eso le produjo una situación de estrés. Las continúas giras y el ritmo frenético le afectó muchísimo psicológicamente. No conseguía dormir sin tomar pastillas y sentía un gran vacío existencial. Por eso, en 1995 decidió retirarse temporalmente de los escenarios.

Según dice, sintió entonces la llamada de Dios, convirtiéndose al cristianismo, que supuso un giro total en su vida. "Me faltaba paz, ni con todos los premios y reconocimientos podía estar tranquilo, sufría ataques de ansiedad horrorosos. Entonces acepté a Jesús y él vino a darme mucho más que paz, me dio vida en abundancia", ha explicado el cantante. Se volvió una persona mucho más espiritual.

Ahora, su éxito se lo debe a Jesús, tal y como asegura. "Todas mis bachatas y merengues me las provee Jesús, mi Señor y Salvador".