‘La que se avecina’ vivirá una auténtica revolución, prácticamente los espectadores verán una serie totalmente nueva. Tras sus doce temporadas y quince años en emisión, los creadores de la comedia han decidido darle otro aire. José Luis Moreno subió el precio del alquiler de las naves donde se grababa la comedia y los hermanos Caballero no estaban dispuestos a afrontar ese gasto, por este motivo se separaron de su tío y buscaron otro emplazamiento. No obstante, no podían llevarse los decorados. La idea era grabar en un edificio real o construir uno nuevo, y esta última ha sido la opción más cómoda.
Los vecinos de Mirador de Montepinar se trasladarán al centro de Madrid, en concreto a la ficticia calle Contubernio, 49. Pero no lo harán todos. Después de dos años sin grabaciones, muchos de los intérpretes tienen otros proyectos y no han podido compaginarlos. Es el caso de Víctor Palmero o Vanesa Romero. Y otros no podrán estar por enfermedad, como Cristina Medina o José Luis Gil.
Parece que tras terminar el rodaje de la decimotercera temporada aún podríamos vivir alguna que otra baja importante. Los hermanos Caballero han cerrado un acuerdo para producir hasta tres temporadas en este nuevo edificio. La serie se emitirá hasta 2025.
Los actores terminan el rodaje de los nuevos capítulos
Los actores están terminando de grabar los ocho nuevos capítulos que compondrán esta temporada y se despiden de este viaje en sus redes sociales. Laura Caballero, directora de la serie, decía adiós, temporalmente, a Jordi Sánchez, que interpreta a Antonio Recio, uno de los personajes más queridos. "Ayer terminó de grabar la nueva temporada este señor maravilloso que no me puede gustar más. Eres una pasada”.
Como siempre surgen rumores sobre una continuación de cara a próximas temporadas. Jordi Sánchez es el actor que más peso lleva en la ficción a pesar de ser una serie coral. Además, su popularidad ha aumentado y no para de sumar proyectos de cine su amplio currículum. Los creadores de ‘LQSA’ se lo ponen siempre lo más fácil posible para que nunca tenga que decir adiós, pero ese momento podría llegar, o por lo menos temporalmente.