A poco más de un mes de haber ascendido al trono británico, el rey Carlos III aún no ha sido coronado, pero sí se ha planificado su funeral. Según ha trascendido, ya se han puesto en marcha todos los preparativos para las exequias del monarca, quien actualmente tiene 73 años, y que han sido denominadas como ‘Operación Menai Bridge’.

Esta rápida planificación se ha llevado a cabo debido a que ningún otro monarca había ascendido al trono a tan avanzada edad, por lo que tomaron la decisión de comenzar con los preparativos de los actos fúnebres de Carlos III apenas un día después del entierro de Isabel II en la Capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor, el pasado 19 de septiembre. Por ese motivo, los funcionarios del Palacio de Buckingham han comenzado a trabajar discretamente en la actualización del ‘Menai Bridge’, operación que comenzó cuando el actual rey ostentaba el título de príncipe de Gales.

De acuerdo con los registros históricos, Carlos III es el hombre más longevo en asumir el rol de monarca británico en más de 1.000 años, por lo que los preparativos para un funeral de Estado que cumpla con todos los protocolos reales deben iniciar con más premura. Asimismo, se ha dado a conocer que el teniente coronel retirado, Anthony Mather, quien durante los últimos 10 años estuvo detrás de la organización del funeral de Isabel II, será nuevamente el encargado de preparar este operativo, junto con David Hoyle, el Decano de Westminster.

Actualización del funeral de Estado de Carlos III tras las exequias de Isabel II

Los organizadores del que será el funeral de Estado del rey Carlos III tomaron como referencia algunos de los actos protocolares que se llevaron a cabo en los actos fúnebres de Isabel II, actualizando y mejorando algunos detalles. Según ha trascendido, el ritual ‘Lying-in State’ o la ‘Capilla ardiente de la reina’ fue visitada por más de 350.000 personas desde su llegada a la Capilla hasta el día del funeral. Para ello, probaron todas las alfombras colocadas en la Abadía de Westminster al hacer que un hombre caminara hasta 100 veces sobre ellas usando botas y tacones con punta de acero. También iluminó un vagón de tren con ventanas de vidrio para que los británicos pudieran ver el ataúd de la reina en caso de que fuera trasladado por el ‘Royal Train’ a Londres, aunque esto finalmente no sucedió.

“He estado muchas veces investigando las residencias reales y las rutas para bajar el ataúd por las escaleras. Estuve a punto de ser atrapado (…) La descripción de mi trabajo no existía", indicó Mather, quien señaló que debía visitar todas las estancias de manera muy discreta, como si de una misión secreta se tratara. Además, debe considerar todos los escenarios posibles de muerte del monarca, incluyendo el fallecimiento en un barco, en una visita a Irlanda del Norte o en una remota cabaña en Norfolk.  Todas estas hipótesis se están considerando nuevamente para la planificación del funeral de Carlos III.