Aunque ‘Sálvame’ ya no anota unas audiencias extraordinarias, todavía sigue siendo el formato líder de las tardes, por poco, y uno de los que más rendimiento da al grupo de comunicación, por este motivo es poco probable que se tome la decisión de cancelarlo, aunque no se descarta una importante revolución, más que necesaria tras 12 años en antena de forma ininterrumpida.

El verano ha sido muy flojo, como viene siendo habitual, pero con la llegada del nuevo curso televisivo, los rostros más emblemáticos de la cadena han vuelto a sorprender a todos. Uno de los que más alegrías está dando hasta la fecha es Antonio David Flores con su sonada ruptura, pero tampoco hay que olvidar a Kiko Rivera, quién vuelve a estar peleado con toda la familia y ha frenado la reconciliación con su madre, por el momento.

Kiko Rivera 

La verdad que esconde Kiko Rivera al descubierto 

El DJ se enfada con toda su familia por traiciones y mentiras, sin embargo, Gema López ha destapado que Kiko Rivera también está acostumbrado a mentir en sus entrevistas. El marido de Irene Rosales dejó claro en su momento que no se sentía apoyado por Isabel Pantoja en su etapa más oscura. Sin ningún problema habló de sus adicciones.

Kiko Rivera 

Isabel Pantoja es una de las personas que más se desvive por su hijo, lo ha vuelto a demostrar en este esperado reencuentro tras un año sin verse. A pesar de la traición, la tonadillera ha abrazado a su hijo y ha roto a llorar. La cantante, en su momento, no fue consciente del problema que tenía su hijo. En cuanto se enteró de la gravedad del asunto, ésta le ofreció todo el dinero para que ingresase en una de las mejores clínicas y se pusiese en manos de especialistas que le ayudasen a salir de ese agujero, pero él mismo declinó la oferta. Ya Isa Pantoja reveló que no quería ser ayudado.

Kiko Rivera 

“En determinado momento de mi vida tuve adicción a las drogas. Lo pasé muy mal. Gracias a mi mujer, mi madre y mis amigos de verdad he conseguido salir”, declaró en Telecinco. No obstante, para él, Irene Rosales ha sido su mayor apoyo y la única que ha dado todo por él.

“Empecé a darme cuenta de que no era un niño normal. Yo iba con mis compañeros al colegio y a ellos no les seguían las cámaras ni les hacían fotografías”, explicó. “Sabía que algo pasaba, pero no lo llegaba a entender bien. A lo mejor mi madre me llevaba a cenar al McDonald’s o donde fuese y nos seguían un montón de fotógrafos. Eso no lo llevaba muy bien”, declaró en Telecinco. Allí empezaron sus problemas.