El matrimonio de Grace Kelly y el príncipe Rainiero de Mónaco se convirtió, ante los ojos del mundo, en la materialización de una historia de cuento de hadas, dado que una de las actrices más hermosas en la historia de Hollywood había dejado atrás su incipiente carrera para casarse con el príncipe de un pequeño país en Europa. Sin embargo, tras este idílico matrimonio se escondían crueles verdades entre las que destacan las constantes infidelidades de Rainiero, la frustración de Grace Kelly por volver a la actuación y los actos de rebeldía de sus tres hijos; todo esto en un entorno frío y solitario que terminó convirtiéndola en la ‘princesa de los ojos tristes’.

Tras la boda en 1956, la ganadora del Oscar, de 27 años, se ve en la obligación de abandonar su profesión al dedicarse exclusivamente a sus deberes reales como princesa de Mónaco, algo que le causaba una gran frustración. A su vez, Rainiero seguía manteniendo algunos romances con otras mujeres, dado que él no quiso renunciar a ciertos placeres para complacer a quien sería la madre de sus tres hijos. Grace lo aceptó y utilizó su talento como actriz para disimular el dolor causado por las infidelidades y la ausencia de su marido.

Ante esto, la princesa de Mónaco se dedicó a la crianza de Carolina, Alberto y Estefanía, mientras convertía al Principado de Mónaco en el lugar preferido de las celebridades más famosas de la época. Artistas como Frank Sinatra y Cary de Grant solían visitarla constantemente, lo que le traía grandes beneficios económicos para la corona. Sin embargo, tras su trágica muerte en 1982, Mónaco dejó de ser el lugar más VIP de Europa al dejar de recibir las visitas de la élite hollywoodense.

Rainiero de Mónaco quiso casarse con Marilyn Monroe antes de conocer a Grace Kelly

Y es que la historia de amor entre ellos comenzó como una búsqueda incesante para conseguir una esposa “adecuada” y de renombre al príncipe heredero que le preocupaba perder su trono al no estar casado ni tener descendencia a los 32 años. Debido a esto, los asesores de la corona monegasca comenzaron a idear un plan para que el príncipe se casara con una diva de Hollywood para poder “capitalizar toda la fama que acompañaría a ese matrimonio, dado que lo que necesitaba Mónaco era reactivar su comercio turístico” tras las pérdidas por la Segunda Guerra Mundial, indicó la historiadora Chandrika Kaul.

Marilyn Monroe

Sin embargo, Rainiero no estaba interesado en Grace Kelly, sino en Marilyn Monroe, quien era la actriz más famosa de Hollywood, pero la idea fue descartada por los asesores del príncipe, quienes indican que la imagen sugerente de Monroe podría ser perjudicial para la realeza. Con el corazón roto, el príncipe siguió en la búsqueda de esposa hasta que en 1955 conoció a Grace durante su visita al Palacio Grimaldi para realizar una sesión de fotos con la revista Paris Match. Después de un año de noviazgo, la pareja decide casarse en una ceremonia multitudinaria que contó con más de 3.000 invitados y que fue vista por más de 30 millones de personas por televisión.