Rihanna se ha caracterizado por ser una artista tolerante, que lucha por la igualdad y la inclusión, pero un descuido hizo que se pusiera en tela de juicio sus principios morales, dado que ofendió a la comunidad islámica en uno de sus famosos desfiles de su línea de lencería Savage X Fenty.
Miles de musulmanes están criticando a la barbadense por haber incluido un fragmento de hadiz (texto sagrado islámico) en una de las canciones que eligió para el desfile de su marca. Para la comunidad musulmana, esta presentación fue una completa blasfemia, ya que ella se encontraba modelando en lencería frente a millones de personas en una proyección en streaming, mientras se escuchaba la canción “Doom”, de la artista de música electrónica Coucou Chloe. En medio de la canción, se puede escuchar la narración de un “hadiz", que son los relatos de la vida y los actos del profeta Muhammad.
Cientos de musulmanes se dieron a la tarea de identificar al dueño del audio que relató el hadiz. Se trata de un predicador llamado Mishary bin Rashid Alafasy, procedente de Kuwait. El predicador tiene más de 15 millones de seguidores en Twitter, y aunque no se pronunció ante la polémica, sus seguidores y practicantes del islamismo sí han atacado a la cantante por semejante ofensa.
Debido a la ola de comentarios negativos que recibió la intérprete de “Man Down”, la cantante usó su cuenta oficial de Instagram para pedir disculpas públicas y aclarar lo sucedido: "Me gustaría dar las gracias a la comunidad islámica por señalar un descuido enorme sucedido en Savage x Fenty Show, el cual ha causado una ofensa de manera no intencionada. Me gustaría disculparme directamente con vosotros por este error honesto, pero descuidado”, señaló la cantante en una de sus historias, mientras añadía que: “Entendemos que hemos hecho daño a muchos de nuestros hermanos y hermanas musulmanes y estoy increíblemente dolida por esto. Yo no juego con faltar el respeto a ninguna religión, y el uso de esa canción en nuestro espectáculo ha sido completamente irresponsable. Nos aseguraremos de que esto no vuelva a ocurrir nunca más”, finalizó, mientras pedía disculpas a toda la comunidad islámica que se sintió atacada y ofendida.
Debido a la gran polémica que causó esta canción, la creadora del tema también ha querido ofrecer sus más sinceras disculpas, indicando que el error fue producto del desconocimiento: "Compuse la canción basándome en samples de canciones de funk que encontré en internet. Entonces yo no era consciente de que esas canciones empleaban textos de un hadiz islámico. Asumo toda la responsabilidad sobre estos textos debidamente y quiero agradecer a todos aquellos que os habéis molestado en explicármelo”, señaló la artista francesa Coucou Chloe.
Este desafortunado descuido ocurrió en el momento en que Rihanna se mostraba como fiel defensora de la libertad de expresión y la inclusión, opacando en gran medida todo el trabajo realizado durante varios años. Gracias a que la artista aclaró de forma rápida las acusaciones, la población musulmana pudo dejar pasar este incidente sin que trascendiera a algo mucho más complejo.