Sara Carbonero ha vuelto a copar todas las portadas de revistas. La periodista quería tratar su último ingreso hospitalario de la forma más discreta posible, sin embargo, la prensa se ha hecho eco de la noticia. El pasado lunes 19 de noviembre la presentadora acudió a la clínica universitaria de Navarra y fue operada de urgencia. En un principio, la toledana prohibió la visita de familiares, así como la de Iker Casillas y Nacho Taboada para que la noticia no se filtrase, sin embargo ahora que ya está en todas partes, los familiares de Sara se han personado de forma escalonada en el hospital. Desvelan que está todo bien, aunque no han dado más detalles de esta operación que llega tres años después de detectarle un cáncer de ovario.
Goyi Arévalo, su madre, e Isabel Jiménez, su mejor amiga, no se han separado de su lado en un solo momento. Irene Carbonero, su hermana, se encuentra al cuidado de los pequeños, Martín y Lucas. Iker Casillas continúa en Qatar con sus compromisos profesionales, la propia Sara le prohibió venir para no preocupar a los niños.
Martín y Lucas siguen los pasos de Iker Casillas
Como siempre Martín y Lucas son la máxima prioridad de Sara e Iker. Los dos han intentado que la separación de sus padres no tenga consecuencias en la vida de los menores. Han mantenido una buena sintonía y celebran juntos el cumpleaños de ambos. El pasado fin de semana antes de ser intervenida de urgencia, Sara Carbonero acudió a las instalaciones deportivas del Real Madrid para disfrutar de un partido de fútbol de su hijo mayor. El niño sigue los pasos de su padre como portero de los alevines del club blanco, tal y como detalla La Razón. Aunque Martín juega con el apellido de su madre y no con el de su padre, tal vez para intentar pasar más desapercibido y que no le tachen de enchufismo. En el terreno de juego se llama Martín Carbonero.
Martín jugó en el club deportivo Pozuelo desde que regresaron de Oporto hasta el pasado año. No obstante, los técnico de las categorías inferiores del Real Madrid le echaron un ojo y vieron que era una joven promesa como guardameta. Ha heredado el talento de su padre.
Su segundo hijo, Lucas, también podría seguir los pasos de su hermano. Los dos desean ser futbolistas. "Lucas quiere guantes, pantalones y ropa de portero. Quiere ir al fútbol y le he dicho que si es lo que le gusta, así será", desveló Iker hace dos años en una entrevista. El deportista señaló que sus hijos lo tienen "mucho más complicado" de lo que lo tuvo él: "Para ellos también es una presión muy grande a no ser que tengan una personalidad hecha y derecha”.