‘Pesadilla en la cocina’ es uno de los programas más icónicos de laSexta, sin embargo debido a la pandemia, con el cierre de la restauración y las fuertes restricciones, el equipo tuvo que parar las grabaciones de nuevas temporadas. Hace tres años que se emitieron los últimos capítulos. Alberto Chicote ya se encuentra inmerso en el rodaje de una nueva temporada que verá la luz previsiblemente en la próxima temporada televisiva.
Sin embargo, como muchos programas, ‘Pesadilla en la cocina’ no ha estado exento de polémica. Algunos hosteleros contaron la verdad sobre lo que ocurría fuera de cámaras. Una de las personas que arremetió más duro con el programa fue Sole Álvarez, la dueña de ‘El Zamora’, conocido antes como ‘Café Zamora’.
Su local no pasaba por un buen momento y para Sole el principal problema eran sus empleados, que no obedecían sus directrices. Sin embargo, Chicote le hizo entender que la forma en la que ella se dirigía a sus empleados no era la correcta. El popular chef y presentador del espacio le dejó claro que si no cambia su conducta, los cambios incorporados en el espacio no servirían de nada. "Tienes una forma de hacer las cosas que te van a llevar al mismo agujero donde estabas cuando me llamaste".
La tensión entre Sole y Chicote era evidente, incluso el cocinero llegó a abandonar el local junto a todo su equipo antes de completar el proceso completo de apertura. "Si quieres me voy ya", decía Alberto, a lo que la hostelera respondía que no iba a "decirle que no". Tras finalizar el programa el cocinero le dedicó unas nuevas palabras. "Me voy con la satisfacción del trabajo bien hecho, he querido que Zamora fuese un sitio con toda la proyección del mundo. Donde no me quieren ya sé que me tengo que ir, y lo siento mucho, porque creo que el equipo podía ser bueno, y lo siento por Sole, pero como no cambie, lo que he hecho aquí no va a servir de nada.", sentenciaba.
Sole cuenta toda la verdad del programa
El famoso Youtuber Pablo, creador del canal ‘Cenando con Pablo’, ha visitado el restaurante y ha podido hablar con su dueño, quien ha explicado detalladamente los peores momentos del rodaje. "Es todo un guion y una provocación. Por audiencia no puedes cargarte a una persona. Psicológicamente quedé muy tocada, con ayuda psicológica, parecía que veía fantasmas por todas partes. La gente habla por hablar, porque no conocen el tema. Lo que no entiendo es que viendo cómo se me puso, de maltratadora, psicópata...", añadía.
Además, asegura que todos los "comensales" que acuden a los programas "son elegidos por ellos y saben lo que tienen que hacer y decir", pero según apunta la protagonista una de las mesas que acudieron a comer eran sus familiares, a los cuales la producción del programa "les obligaron a reclamar".