Hace algunas décadas era habitual ver a la princesa Grace Kelly, madre del príncipe Alberto II, de vacaciones por Puerto Banús, Marbella, o a la princesa Estefanía usando un traje de flamenca en la Feria sevillana. Sin embargo, debido a unas declaraciones de Alberto II y la molestia del rey de España, Juan Carlos I, la relación entre ambas naciones se fue desvaneciendo. De hecho, la Familia Real española no asistió ni a la coronación del príncipe Alberto ni a su boda con la princesa Charlene debido a la gran tensión que existía entre ambas Casas Reales.

El desencuentro entre los Borbón y los Grimaldi comenzó con los actuales jefes de cada monarquía, dado que anteriormente el príncipe Rainiero y el rey emérito Juan Carlos I tenían una estrecha relación de amistad. No obstante, la relación entre el actual rey, Felipe VI y el príncipe Alberto de Mónaco nunca ha sido la mejor. La gran indiferencia y hasta antipatía entre ellos ha provocado que poco a poco disminuyeran las visitas de los Grimaldi a España, algo impensable en la década de los 90. Y aunque ambos soberanos han coincidido en múltiples eventos, como el premio de Fórmula 1 o el Roland Garros, lo cierto es que nunca ha habido una genuina intención de amistad entre ellos.

La sede de los Juegos Olímpicos desató una silenciosa guerra entre Mónaco y España

Sin embargo, la disputa definitiva se produjo en 2005, cuando el príncipe de Mónaco formaba parte del Comité Olímpico Internacional y Madrid se postulaba para convertirse en la sede olímpica de los Juegos de 2012. Pero, Alberto II deshizo todos los sueños de España al afirmar que el país no podría garantizar la seguridad de los Juegos y de sus asistentes debido a que ETA había explotado un coche bomba en el aparcamiento del estadio de La Peineta en Madrid. No contento con haber sembrado la duda en todo el Comité Olímpico, durante la penúltima jornada de reuniones en la 117ª Sesión del Comité Olímpico Internacional (COI), el príncipe Alberto, que aún no había sido coronado, reavivó la polémica al interesarse por el posible ingreso de Gibraltar en el COI.

Y aunque si bien es cierto que el soberano monegasco estaba en su pleno derecho de dar su opinión, lo cierto es que eso fue el detonante para que las relaciones entre ambas casas se rompieran, por lo que ningún representante del Familia Borbón se presentó a la coronación de Alberto de Mónaco, y tampoco asistieron a su boda cinco años después, a pesar de que ese mismo año Letizia y Felipe asistieron a la boda del príncipe William y Kate Middleton como príncipes de Asturias.

Desde ese momento, los reyes de España no han visitado oficialmente Mónaco en ninguno de sus viajes de Estado, aunque todo parece indicar que Felipe VI y Alberto II estarían intentando hacer las paces, dado que el representante de los Grimaldi estuvo hace unas pocas semanas en España y se reunió con el rey Felipe VI.