Isabel Preysler anunció la ruptura en la revista ‘Hola’, un golpe de exclusiva que no gustó nada a Mario Vargas Llosa. Él siempre ha sido muy cometido con la prensa. De hecho, según su entorno, el peruano y la filipina habrían puesto punto y final a su relación de ocho años por sus estilos de vida bien distintos. Sin embargo, la madre de Tamara Falcó habla de “celos infundados”. La relación ya estaba rota desde el pasado verano, pero fue el 29 de noviembre cuando Isabel llegó de un evento a altas horas de la madrugada cuando discutieron y la de Porcelanosa le echó fuera de casa para siempre.

Durante los primeros días Mario Vargas Llosa se mantuvo en silencio y contó con el apoyo de sus hijos, con los que ha recuperado el contacto en estos últimos años. De hecho, Álvaro Vargas fue quien grabó a su padre leyendo la novela de ‘Madame Bovary’, un dardo envenenado a Isabel Preysler, ya que el libro describiría la historia de ambos, un amor aburrido y una mujer frívola.

Mario Vargas Llosa efe

Mario Vargas Llosa ha encontrado la libertad que llevaba tanto tiempo pidiendo. Entre las paredes de la lujosa mansión de Isabel Preysler se veía encarcelado. Lo mismo que sucedió en Miami, en casa de Enrique Iglesias. Acompañó a la socialité para celebrar el Día de Acción de Gracias, y aunque la villa cuenta con un total de 2.000 metros cuadrados, no pudo escribir tranquilo, ni una sola página.

Las infidelidades de Mario Vargas Llosa: se arrepiente de haber estado con Isabel Preysler 

Isabel Preysler es conocida por su amplia vida amorosa, pero Mario Vargas Llosa tampoco se queda atrás, no es ningún santo. De hecho, según La Vanguardia, el escritor está arrepentido de haber dejado a la madre de sus hijos tras celebrar los 50 años de casados. Intentó reconquistarla, sin suerte. “Vargas Llosa sondeó hace unos meses la posible vuelta con Patricia Llosa, y ella rechazó la posibilidad. El Nobel le relató su soledad en el ambiente que rodea a Preysler y le puso como ejemplo la estancia que tuvo en casa de Enrique Iglesias y Anna Kournikova, llena de pistas de tenis pero sin un solo despacho habilitado para escribir”.

Mario Vargas Llosa y Patricia Llosa efe

El primer contacto entre Isabel Preysler y Vargas Llosa tuvo lugar en 1986 cuando ella le entrevistó. “Llámame cuando seas presidente o premio Nobel”, le dijo en aquel momento, y eso hizo, porque Mario se quedó enamorado pretendidamente de ella, aunque estuviese con Patricia.

No fue nunca un marido convencional, sino que abandonó en diversas ocasiones el hogar para mantener relaciones fuera del matrimonio, tras las cuales siempre regresaba, desengañado de la convivencia, con su prima-esposa. En 1974, cuando se fue de Barcelona —donde mantuvo una relación con la editora Beatriz de Moura—, en el barco de vuelta a Lima , viajando con su esposa e hijos, se lio con otra pasajera, por la que abandonó a bordo a su familia". Dicen que el escritor siempre fue de “gatillo fácil”.