Sonsoles Ónega, la hija del famoso comunicador Fernando Ónega, inició su carrera como reportera en la extinta cadena CNN+, pero fue en 2006 cuando comenzó a ejercer como reportera de actualidad política en el canal Cuatro de Mediaset, su casa hasta hace algunos pocos meses, cuando se dio a conocer la noticia de que dejaría Mediaset para estrenarse con su propio programa en Antena 3. Tras su salida de Mediaset, sus seguidores se dieron a la tarea de recuperar algunas de sus fotos como reportera y han quedado realmente sorprendidos con su gran cambio físico: se veía irreconocible.
Según sus propias declaraciones, su cambio de imagen es producto de una vida saludable y una constante actividad física, unos hábitos que adquirió cuando diagnosticaron a uno de sus dos hijos con diabetes cuando tan solo tenía cuatro años. “La dieta, la rutina… de la noche a la mañana, entré en batalla, estudiando una barbaridad y desenmascarando a la industria alimentaria”, indicó en una entrevista con la revista ‘¡Hola!’. “Me convertí casi en una activista. Todo está muy adulterado y en el límite permitido por la ley. Fue un grandísimo desengaño, pero he adelgazado 12 kilos, así que, dentro de todo lo que conlleva una enfermedad, tengo que pensar que es lo mejor que no ha podido pasar”, agregó.
En las fotos del antes y el después se puede apreciar un evidente cambio con relación a su peso. Ahora su cara se ve mucho más delgada, sus facciones están más marcadas y la forma redonda de su rostro no es tan evidente. Asimismo, hay un cambio muy notorio con relación a su estilismo, la forma de sus cejas y su maquillaje en general, luciendo una apariencia mucho más actual ahora que hace 16 años. Eso sí, su característica melena corta sigue siendo parte de su sello personal, aunque ha cambiado un poco ese estilo dosmilero por un corte pixie a capas con reflejos dorados.
Sonsoles Ónega sigue la dieta de su hijo Gonzalo
La periodista, quien luce mucho más delgada en la actualidad, tiene dos hijos, Yago y Gonzalo, fruto de su matrimonio con Carlos Pardo Sanz. Hace cinco años, su hijo Gonzalo, el menor, fue diagnosticado con diabetes tipo 1 y celiaquía, y eso se convirtió en un incentivo para toda la familia para adoptar un estilo de vida mucho más saludable. “Los demás empezaron a preguntarme por mi dieta. Cuando les contestaba que no estaba haciendo ninguna dieta, que básicamente seguía la dieta de G y había retirado de mi vida el azúcar y la mayoría de alimentos procesados por la industria", dijo.
En ese momento, Gonzalo estuvo internado en el hospital durante varios días y fue sometido a un sistema de monitorización de glucosa que fue implantado en su espalda. Al conocer la gravedad de la situación, Sonsoles tomó la decisión de “poner patas arriba la despensa. Cualquier producto ultra procesado y/o con azúcares refinados es una bomba de relojería. Al poco tiempo de poner en marcha la maquinaria adelgacé unos... ¿cuatro kilos? ¿Quizá fueron cinco, seis, ocho? No lo sé porque hace siglos que no me peso", indicó en su blog.