Isabel II no solo era la reina de Inglaterra y una de las personas más poderosas en el mundo, también era una de las más adineradas. Todos estaban al tanto de quién iba a heredar la corona desde hace muchos años, por el contrario, las dudas sobre su fortuna no han sido del todo aclaradas. Recientemente, salió a la luz que cambió el testamento antes de morir, dejando una nota final a Meghan Markle. Su velorio y todo el protocolo que tendría lugar luego de su deceso estaba planificado hace décadas, pero no pudo evitar hacer algunas modificaciones extremas. 

El patrimonio personal de Isabel II asciende a 370 millones de libras (426 millones de euros, aproximadamente), según el Sunday Times. Sin embargo, estas son estimaciones, ya que la Reina no estaba obligada a presentar sus finanzas privadas. Más aún si se le suman todos los bienes de la corona (que le corresponden a la institución, no a ella particularmente) superarían los 14 000 millones (poco más de 16.000 millones de euros). En su testamento no interfieren los bienes de monarquía que son transferidos inmediatamente a su sucesor, en este caso al rey Carlos III de Inglaterra. El interés ahora está en la repartición de bienes propios, hay gran controversia sobre qué pasará con Meghan Markle. 

Meghan Markle y su hija quedan fuera del testamento, Isabel II las deshereda

Cualquiera pensaría que los bienes de la monarca pasarían a sus descendientes: Carlos, la princesa Ana, Andrés de York y Eduardo de Wessex, sus ocho nietos y doce bisnietos. Sin embargo, el derecho inglés no contempla herederos forzosos ni legítimos como en el derecho español. La única manera es que la autoridad judicial declare que una porción de la herencia se debe destinar a familiares en estado de dependencia económica del testador. Este no parece ser el caso de ningún miembro de la familia real, por lo que se descarta. Así pues, la esposa de Felipe tuvo la absoluta libertad de hacer su voluntad. 

Meghan Markle

La sorpresa es que la soberana cambió el testamento el 30 de agosto, teniendo en cuenta que su salud no estaba muy bien. Aparentemente lo hizo motivado por la ruptura de relación con el príncipe Harry y su esposa, Meghan. Según algunos medios como Publimetro, tenía 300 joyas cuyo valor asciende a 110 millones de dólares (108 millones de euros). Dejó fuera a la esposa de su nieto y a Lilibeth, su bisnieta, de acuerdo con la información presentada por The International Business Times. Ni la actriz ni la décimo primera bisnieta de la anterior jefa de Estado de Inglaterra recibirán alguna de las impresionantes joyas. 

Quienes podrán disfrutar de este costosísimo tesoro serán Kate Middleton, la princesa de Gales y su hija Charlotte, cuya totalidad se le adjudica en el testamento. La joyería real incluye pendientes, anillos, prendedores y diversos accesorios, todos empleados durante los 70 años que duró el reinado de la hija del Rey Jorge VI. 

Isabel II —hasta el último momento— demostró ser ferviente seguidora de la monarquía inglesa. No solo Meghan Markle y sus hijos fueron afectados, se presume que Harry tampoco figura entre sus herederos.