En las últimas semanas, la salud de la reina Isabel II ha estado muy comprometida debido a su contagio por Covid-19. Aunque la monarca no ha querido desatender sus compromisos reales, lo cierto es que no se ha logrado recuperar del todo y puede que esté sufriendo las secuelas causadas por el virus. Sin embargo, la reina está totalmente decidida a asistir al servicio religioso que se realizará el próximo 29 de marzo para conmemorar la memoria del duque de Edimburgo, quien falleció a los 99 años en abril del año pasado.
Debido a los problemas de salud de la monarca británica, algunas fuentes han revelado al medio “The Sun” que el Palacio de Buckingham está organizado una operación casi “militar” para evitar que se filtren imágenes de la reina en los diversos medios de comunicación, mientras es trasladada en silla de ruedas hasta el lugar del servicio religioso.
Se estima que la reina, de 95 años, se trasladará en helicóptero desde el Castillo de Windsor hasta las inmediaciones del Palacio de Buckingham, en un vuelo que durará 15 minutos aproximadamente. Al llegar al Palacio, la llevarán en coche hasta la abadía de Westminster, lugar donde se llevará a cabo el homenaje. Según informó “The Sun”, toda la superficie aledaña a la abadía será bloqueada con pantallas de privacidad de casi dos metros de altura, bloqueando el acceso de los fotógrafos en el momento en que la reina salga del coche.
Una fuente cercana al palacio le comentó al medio “Daily Mail” que la reina Isabel II no quiere mostrarse en público usando una silla de ruedas, debido a que el recuerdo de su hermana, la princesa Margarita, siendo fotografiada en una silla de rueda unos meses antes de su fallecimiento, le causa una gran inquietud y le recuerda un lamentable momento de su vida.
“Es una imagen inquietante que la reina no recuerda con cariño”, reveló la fuente. El lamentable recuerdo que perturba la memoria de la reina ocurrió en agosto de 2001, cuando todos los miembros de la familia real se reunieron para realizar una sesión de fotos para celebrar el cumpleaños número 101 de la Reina Madre. La princesa Margarita se encontraba muy delicada de salud, y estaba recuperándose de unas lesiones físicas que la mantenían postrada en una silla de ruedas. Debido a que era una fecha muy importante, la princesa decidió asistir, puesto que no tenía pensado que se mostraría ante el público.
Sin embargo, William Tallon, el paje de la Reina Madre, acercó la silla de ruedas hasta el lugar donde estaban todos los medios de comunicación, siendo captada con una apariencia muy desmejorada. “La imagen era terrible. Se suponía que la protagonista iba a ser la Reina Madre, pero toda la atención se centró en una princesa Margarita tristemente en declive”, afirmó la fuente. La Reina Isabel II tiene muy vivo ese recuerdo, y quiere evitar a toda costa ser captada en una situación similar a la que vivió su hermana, la princesa Margarita.