Isabel Pantoja no para de recibir un golpe tras otro. Desde que entró en prisión no levanta cabeza. Este año ha sido el peor de su vida, y no solo por la pandemia, sino por su enfrentamiento con Kiko Rivera por la herencia de Paquirri, y por el fallecimiento del pilar más importante de su vida, Doña Ana. La tonadillera se ha quedado totalmente desolada, permanece encerrada en Cantora. Desde la muerte de su progenitora no ha salido ningún día. Nadie la ha visto más que su hijo, para despedirse de su abuela. Asegura que está muy triste, apenas come ni duerme. Se pasa la noche en vela adorando un altar improvisado con fotografías de Doña Ana.
Cuando parecía que todo estaba en calma, Kiko Rivera habría vuelto a poner en peligro la reconciliación entre éste y su madre. El DJ participó en el programa de Jesús Calleja, ‘Planeta Calleja’, y dio declaraciones muy jugosas y peligrosas. Se abrió en canal y contó todo acerca de su pasado con las drogas, un episodio que le persigue actualmente, aunque ha logrado controlarlo. El cantante contó como empezó todo con tan solo 18 años. Se llegaba a gastar todo el dinero que ganaba en bolos en tan solo un día, más de 60.000 euros.
Pero lo más fuerte es que éste echó las culpas de todo a su madre. Según él, si ésta hubiese estado encima no se habría drogado. Echó en falta siempre la figura de su madre, quién estaba más centrada en sus compromisos profesionales.
Desde ‘El programa de Ana Rosa’, la periodista Marisa Martín Blázquez ha confesado que Isabel Pantoja vio el programa desde Cantora, no solo porque salía su hijo, sino porque es un espacio que le encanta. La tonadillera no sabía absolutamente nada de lo que el DJ iba a contar en ese viaje. Llevan un año sin hablarse, y ni tan siquiera sabía que se había grabado. No se cuentan nada. Se quedó completamente helada tras las declaraciones de su pequeño del alma, como si le hubiesen tirado un jarro de agua fría. Tal es su enfado que "para ella su hijo se ha acabado por completo".
Isabel Pantoja está completamente decepcionada con su hijo. Ella ha hecho todo lo que estaba en su mano cuando se enteró de la adicción a las drogas de Kiko Rivera. Algo que a cualquier madre destroza por completo. "No permiten que le hablen sobre Kiko ni que le aconsejen sobre él ni sobre lo que tiene que hacer para acercar posturas con su hijo", ha explicado Martín Blázquez.
La tonadillera pasa un momento muy duro. Está depresiva y no logra superar este momento. Por eso, su hermano Agustín, quién ahora es su mayor apoyo, se ha puesto en contacto con un médico que la visita en Cantora semanalmente.
"No volvió a preguntarme nunca más cómo estaba, cómo me sentía, si lo había vuelto a hacer o no... Si mi madre hubiera estado más atenta yo no hubiera tenido cientos de recaídas", señaló este domingo Kiko Rivera.