Isabel Pantoja vuelve a sonreír. Parece que su mala suerte termina. Han sido dos años especialmente difíciles para ella, pero por fin pudo volver a subirse a un escenario y dejar a su público enmudecido. En esta ocasión ha sido en Latinoamérica, como parte de su gira internacional. El pasado 24 de mayo cantó en Buenos Aires, Argentina, y el sábado en el Gran Arena de Monticello (Chile).
De cara al público, y entre su grupo más selecto de amigos, Isabel Pantoja se muestra sonriente a pesar de los malos momentos que ha vivido estos últimos años, como su enfrentamiento con Kiko Rivera o la muerte de su madre.
Isabel Pantoja combate la ausencia de Kiko Rivera y su madre con estas personas
A esta aventura transoceánica le ha acompañado su círculo más íntimo. Nunca falla su inseparable hermano, Agustín Pantoja. Pero también encontramos a su peluquero de confianza, Antonio Abad, su maquillador, Alberto Dugarte, y por supuesto, la presidenta de su club de fans, Celeste.
A través de sus redes sociales, tanto Dugarte como Abad comparten la emoción de vivir "estos momentos a tu lado". "Simplemente te tratamos y cuidamos con el mismo cariño, amor y respeto que tú nos tratas y nos cuidas a nosotros... eres enorme Isabel Pantoja", escribe el maquillador en una de sus publicaciones de Instagram.
También ha dado detalles del maquillaje que lució la tonadillera. "Siempre me preguntáis por su maquillaje, la técnica seria un híbrido entre Foxyeyes y Banana, en tonos marrones, oro y la línea inferior morados brillantes, potenciando y agrandando sus ojos”.
Abad es quien ha revelado la identidad de las personas que se preocuparon porque todo saliese perfecto. "Alberto Dugarte te dejó espectacular con ese maquillaje que tanto te favorece. Celeste en sastrería. María Ángeles en el teleprónter dándolo todo. Paqui, de asistenta personal siempre pendiente de ti”.
Tras la experiencia vivida, Isabel Pantoja ha querido compartir una sentida reflexión. "No nos damos cuenta de que hay que abrazar, que el abrazo es muy importante mientras estamos vivos, cuando ya no lo estamos no sirve para nada”.