La cárcel no fue el peor momento en la vida de Isabel Pantoja. Lo está viviendo ahora. La tonadillera está anímicamente muy mal. La cantante lleva dos años especialmente difíciles, nada le va bien. Cerró un contrato de exclusividad con Mediaset en 2019 y volvió por la puerta grande. Su participación en ‘Supervivientes’ arrasó en audiencia. Pero lo que a ella realmente le interesaba de este fichaje era la letra pequeña. El grupo de comunicación le financiaría una gira por toda España. Empezó en el Wizink Center de Madrid un 8 de marzo de 2020, pero una semana más tarde Pedro Sánchez decretó el estado de alarma y todos los eventos fueron cancelados. Su gira cerró sus puertas y no ha vuelto dos años después.
Sin cantar y sin su madre. Uno de los pilares más importantes de su vida fallecía en septiembre de 2021 después de un estado de salud delicado. Isabel Pantoja sabía que esto sucedería tarde o temprano, aún así no estaba preparada. Ahora se ha quedado sola en Cantora. Lugar del que no sale apenas desde que se peleó con su hijo Kiko Rivera. Se ha refugiado en la finca junto a su hermano Agustín. De esta forma evita contestar a la prensa que muchas veces se agolpan en las puertas del exterior.
Isabel Pantoja nunca creyó que su propio hijo, la persona más importante de su vida, le traicionaría. La ha puesto entre la espada y la pared y ha dañado su imagen. Desde noviembre de 2020 no se hablan. Y no solo está preocupada por eso, sabe perfectamente que su hijo no está bien. Echa de menos a sus nietas.
Isabel Pantoja se queda sola
Fuentes cercanas aseguraron que Isabel Pantoja apenas sale de su habitación, ni tan siquiera se arregla. No come y apenas duerme, se pasa las noches en vela pensando en su madre. Está muy débil y ha envejecido mucho.
La cantante no ha recibido ninguna alegría en estos últimos años. Desde que tuvo que ir a juicio, su vida es un infierno.
En una conversación telefónica con su hija Isa P, la cantante aseguró que no estaba en un momento y habría pedido ayuda psicológica para superar este momento. "Pues ahí ando... No es fácil, con lo de mi madre no lo estoy pasando bien. Lo que menos ganas tengo es de hablar", ha señalado en un extracto de su conversación con el espacio vespertino. "Tengo profesionales que me ayudan", ha añadido a continuación para demostrar que, a diferencia de lo que se rumorea, no vive ni mucho menos encerrada en su finca ‘Cantora’.