Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa han puesto punto y final a su relación de ocho años. Una sorpresa que pilló a todos por sorpresa, menos a los hijos del escritor, que estaban prevenidos. Desde verano la relación entre ellos no pasaba por su mejor momento, en numerosas ocasiones el peruano se había ido a vivir a su piso del centro de Madrid. Fue el 29 de noviembre cuando supuestamente la socialité se hartó de sus “celos infundados” y le echó de casa. Según Vargas, nada de eso es verdad. Fue él quien deseaba marcharse ya de esa casa en la que ha vivido un verdadero infierno. Estaba harto del mundo de la farándula del que vivían Isabel y Tamara Falcó.

Isabel Preysler

Desde que se anunció a través de la revista ‘Hola’ su ruptura, previo pago, se han analizado con lupa todos los textos de Mario Vargas Llosa. Son muchos los escritores que se basan en sus propias experiencias para escribir sus novelas. El peruano no iba a ser menos. En su relato ‘Los vientos’, que ha sido publicado íntegramente por el grupo Prensa Ibérica, se puede ver como la relación del premio Nobel con la reina de corazones estaba tocada desde el principio. Él mismo asegura que nunca estuvo enamorado de ella, simplemente fue “un enamoramiento de la pichula”. Los encantos de Isabel Preysler le sedujeron. Era una mujer mucho más joven que la madre de sus hijos. Mario tenía ganas de experimentar y cayó en la tentación. Tras celebrar los 50 años de casados con su mujer, las bodas de oro, la dejó por la madre de Tamara. Coincidieron por primera vez en una entrevista realizada en 1986, en aquel momento la de Porcelanosa no quiso saber nada de él, le dijo que le llamase cuando fuese premio Nobel, y así sucedió.

Algunas de las manías de Mario Vargas Llosa que cansaron a Isabel Preysler 

Pilar Vidal ha aportado nuevos datos a ABC que constatarían la versión de Isabel Preysler. La socialité estaba harta del escritor. Pasaron por varias crisis y hace dos años ya tuvieron un intento de dejar la relación. "Isabel intentó dejarle hace dos años, pero al final no lo hizo porque le daba pena por su avanzada edad”. Mario Vargas Llosa nunca se quiso casar con la reina de corazones, y eso es algo que a ella nunca le gustó.

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler teatro real

Según Pilar Vidal, Mario Vargas Llosa era una persona muy especial, tenía demasiadas manías que comenzaron a hartar a Isabel. Revela una de sus costumbres. Le gustaba que ésta le arropase todas las noches y le diese un beso de buenas noches.

Entre otras costumbres, también le pedía a Isabel Preysler cada mañana que le hiciese un zumo natural de papaya, aunque esta labor seguro que recaía en el servicio. "Ella estaba muy preocupada por su salud, tenía miedo de que se atragantase con algún hueso y por eso en su cocina no había nada con semilla, ahora las aceitunas han vuelto a los estantes".