Isabel Preysler es uno de los rostros más conocidos de la jet set actual. La pareja de Marío Vargas Llosa es sinónimo de elegancia y belleza. Todas las revistas quieren tenerla en su portada, pero es Hola, su favorita. Siempre será mítica, aunque poco a poco va dejando hueco a su sucesora, la marquesa, o mejor dicho, Tamara Falcó, ahora es ella la figura de Porcelanosa.

Pero Isabel Preysler no fue la mujer que irrumpió con fuerza en la jet set. Tenemos que remontarnos a los 90 para hablar de Marta Chávarri. La última vez que ésta protagonizó portadas fue en la boda de su hermana María con Javier Fitz-James Stuart, en octubre de 2003.  Apareció en varias fotos junto a su padre, el embajador Tomás Chávarri, la esposa de éste Carolina Thieu y los dos hijos del matrimonio, Fernando y Carlos. Acaparó multitud de titulares en los 90 por su divorcio del marqués de Cubas y su relación con Alberto Cortina.

marta chávarri

Marta Chávarri / agencia

Era la mujer más buscada del panorama nacional. La llamaban para hacerle reportajes muy bien pagados, incluso se le llegó a ofrecer un espacio televisivo. No obstante, no se interesó mucho por los medios.

Los peores años de Marta Chávarri 

Todo cambió cuando conoció a Alberto Cortina, marido de Alicia Koplowitz, con el que se casó en 1991. Este romance se vio salpicado por el escándalo. Se destapó un entramado financiero. Su última aparición fue hace casi 30 años con motivo de su divorcio de Alberto Cortina, donde recibió una buena compensación económica. 6.000 euros mensuales, más de 60.000 euros anuales, la vivienda del barrio de Salamanca con servicio doméstico y coche con chófer. En este sentido, Alberto Cortina fue generoso. Todas estas cláusulas desaparecieron con el tiempo.

Marta Chávarri

Marta Chávarri / agencia 

Poco hemos sabido de ella. Marta sufrió hace unos años un terrible accidente que le desfiguró parte del rostro. Y lógicamente, esto hizo que cayera en una depresión que la aisló totalmente de la sociedad. “Estoy feliz y tranquila con mi vida. Me dedico a pintar y a estar con la gente que quiero. He dejado de preocuparme por cosas que no son importantes para mí”, dijo un tiempo después. Sus familiares le recomendaron tratarse.

Marta ha vuelto a la normalidad y ya no se esconde, no le importa que hayan paparazzis a las puertas de su casa. “Marta está ya en otra onda. Pasó momentos difíciles, tristes, y vive su vida. Sus salidas son a casa de sus íntimas, donde se encuentra relajada. Las multitudes le agobian”, dicen.

Marta podría reaparecer el próximo 2 de abril en la boda de Álvaro, su único hijo, que tendrá lugar en Plasencia. Las cámaras estarán muy pendientes de su reaparición.