Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler han puesto punto y final a su relación tras varios desencuentros. Ocho años de amor que no eran tan felices como hicieron creer de cara a la galería. Según la madre de Tamara Falcó, que ha concedido una exclusiva a la revista ‘Hola’ para comunicar la noticia, el detonante de la relación habrían sido los celos. Unas declaraciones que han sentado muy mal al escritor porque son totalmente falsas. Hay quien asegura que la de Porcelanosa miente.
En numerosas ocasiones Isabel Preysler ha dejado claro que no quería casarse con Mario Vargas Llosa porque no hacía falta, sin embargo, la filipina sí quería unirse en matrimonio con el peruano. Ahora sale a la luz que la viuda de Miguel Boyer le pidió casarse hasta en tres ocasiones. Según María Patiño, la socialité, debido a la avanzada edad del premio Nobel, no quería quedar como la amante de Mario Vargas Llosa si éste fallecía. "Si el día de mañana te pasa algo, no quiero quedar como la amante de Vargas Llosa”.
Mario Vargas Llosa se enfada con Isabel Preysler por sus mentiras
Isabel Preysler solo sería considerada como la amante, ya que Patricia Llosa, la madre de los hijos del escritor, sigue siendo su esposa en Perú, donde nunca se llegó a ratificar el divorcio que firmaron en Madrid. Esto la beneficiaría económicamente y perjudicaría a la hija de la marquesa de Griñón. Según Patricia, ella ya era conocedora de la ruptura porque Mario se lo comentó a sus hijos hace unas semanas.
Cuando Mario Vargas Llosa confirmó su relación con Isabel Preysler, sus hijos se posicionaron del lado materno y dejaron de tener contacto con su padre. Según Gonzalo, uno de sus hijos, “es una relación nacida de la infidelidad y que ha causado mucho daño”. Estaban en juego viviendas ubicadas en las mejores zonas de Madrid, París, Londres, Nueva York y varias zonas de Perú.
En un primer momento Ana Boyer odiaba profundamente a Mario Vargas Llosa. No veía con buenos ojos que su madre hubiese empezado otra relación justo al morirse su padre de un ictus. Y es que Mario e Isabel ya se conocían de antes, cuando la madre de Tamara Falcó le entrevistó para la revista.
Al inició de la relación abandonó el hogar conyugal en el centro de Madrid para vivir temporalmente en unos apartamentos del hotel Eurobuilding.