Jorge Fernández es uno de los rostros más conocidos de la pequeña pantalla. Una imagen vinculada al grupo Atresmedia desde hace décadas. Presenta con gran éxito el programa ‘La ruleta de la suerte’, el espacio más visto de las mañanas en todas las cadenas. El vasco vive uno de sus mejores momentos personales y profesionales a sus casi 50 años. Ha sido justo ahora cuando ha querido recordar uno de sus peores momentos, cuando sufrió hace cinco años una subida de mercurio, que junto a la picadura de una garrapata, derivó en la enfermedad de Lyme. Fue en ese tiempo cuando perdió hasta 12 kilos.
Jorge Fernández lloraba antes de salir a grabar
"No podía levantar ni un vaso. Me dolía todo. Mi cuerpo rechazaba hasta el agua. No podía verme en el espejo. Sentía un rechazo hacia mí mismo brutal", explicaba en una entrevista a Men’s Health. "Fue una época durísima. ¡Cuántas lágrimas he soltado antes de salir a grabar! Tenía que haberme retirado del programa porque estaba fatal, pero soy muy cabezón", detallaba.
En aquella época, Fernández recuerda que tenía que llamar constantemente a la sastra para que le volviese a coger la camisa, sino no podía salir a grabar. "Luego salía como podía y entraba a plató forzando la sonrisa", añadía, explicando que fueron unos tiempos muy complicados.
Jorge Fernández se centró en su alimentación y en el entrenamiento, gracias a su constancia logró recuperar el peso perdido y ahora goza de una extraordinaria salud. "He vuelto a ser yo mismo otra vez", afirmaba el conductor de 'La ruleta de la suerte’. En la revista presume de su increíble forma física, que más le gustaría tener a muchos hombres con 50 años.
El vasco enfermó por la picadura de una garrapata, pero su problema fue su sistema inmune que estaba bajo de defensas. "No pasa nada porque nuestro sistema inmune tiene defensas suficientes para paliar esto. Pero cuando tú tienes tu sistema inmune bajo, pues por una mala gestión del estrés que fue mi caso, baja el sistema inmune y esas bacterias salen a sangre y te hacen el lío", contaba.
Sufrió muchos problemas digestivos y los médicos no conseguían dar con la cura, por este motivo empezó a investigar por su cuenta. "Yo quería entender qué me pasaba y, como no me daban con ello, empecé a estudiar yo. Llevo tres años estudiando fisiología, medicina, enfermedades relacionadas con el tubo digestivo, con el sistema inmune... Luego te das cuenta de que todo tiene que ver”.