Nueva polémica para Juan Carlos I. Recientemente ha salido a la luz su relación con uno de los empresarios más importantes de España. Se trata de José María Ruiz-Mateos, quien siempre se ha arrimado a las altas esferas. Sabía perfectamente que pasos dar para conseguir su objetivo. Una persona muy inteligente. Relacionado con el Opus Dei y Los Legionarios de Cristo, usando la religión para sus intereses económicos. La religión fue como su talismán, le sirvió para escalar posiciones en el efervescentes mundo empresarial. Y llego hasta a él, tal vez una de las personas más complicadas a las que acceder, Juan Carlos I.

El pasado lunes Cuatro estreno el documental ‘El Chófer de Ruiz-Mateos’. En esta serie documental habla Víctor de la Cruz, quien da detalles pormenorizados de las finanzas del jerezano. Con sus palabras deja claro que era alguien más que su chófer, se convirtió en su persona de confianza. En el documental también cuentan con el testimonio de otras personas de confianza como sus abogados. Joaquín Yvancos y Javier Sáinz Moreno, miembros de la llamada 'guerrilla’, el grupo de confianza de Ruiz-Mateos.

Ruiz Mateos EFE

En el documental se dedica una parte a Su Majestad. Desvela curiosos detalles de la relación del empresario con el emérito. “El jefe tenía relaciones con personalidades de distintas instituciones españolas, especialmente la Casa Real, en la figura del monarca Juan Carlos I. Cuando le llamaba una figura como Su Majestad el Rey, yo le pasaba el teléfono y tenían sus conversaciones particulares y deduje que había una estrecha relación entre ellos”.

“Ruiz-Mateos iba a ver al Rey todos los días de San Juan e iba con un coche con una maleta grande de Loewe llena de billetes de banco. Podía pasar por todos los controles de Palacio sin que nadie le detuviera, nadie abriera el capó del coche, directo… Un señor con una enorme maleta que pudiera llegar hasta el propio despacho del Rey era muy sorprendente, tenían que estar todos en el secreto de que llegaba. Ruiz-Mateos le entregaba una maleta y el Rey la cogía con sus dos manos, la tiraba y caía justo entre las cuatro patas, clavada. Ruiz-Mateos decía: ‘Cuánto baloncesto ha practicado para tirar una maleta y que caiga justo”, dijo Sainz Romero.

Yvancos, otra persona cercana al empresario, recuerda que “él confiaba que uno de sus grandes amigos, en el que confiaba puesto que había contribuido económicamente muchas veces con grandes cantidades de dinero, que era el Rey, le tenía que haber ayudado antes de la expropiación. Le pidió 1.000 millones de pesetas por quitar a Mariano Rubio [exgobernador del banco de España] y haber evitado lo que luego ocurrió”.

Ruiz-Mateos se sintió traicionado 

Ruiz-Mateos debió sobornar a Juan Carlos I para evitar conflictos, no obstante, no obtuvo nada a cambio. Sáinz Romero asegura que “le entregó cantidades enormes porque él pensaba que ser amigo del Rey era una protección, un cierto paraguas, le podía hacer gestiones, le podía evitar cosas. Y la verdad es que tiempo después dijo: 'Bueno, ha recibido una cantidad enorme de dinero mío y luego no me ha facilitado nada”.

El empresario le ayudaba con los temas económicos. “Su Majestad tiene muchos problemas de los que ocuparse para estar preocupado de los temas económicos, de esos temas me ocupo yo. Usted no se preocupe, preocúpese de España, de la política, que es muy complicada’. Él se ofrecía y el otro no le decía que no, en absoluto, incluso le lanzaba alguna cosa: ‘Es que tengo muchos gastos, es que hay que ver lo que me cuesta la reina griega…”.

Corinna Larsen y Juan Carlos I

El abogado del empresario asegura que “había llegado a un acuerdo con el Rey que por 1.000 millones de pesetas (unos seis millones de euros) se le iba a arreglar, el Rey le dijo que sí y le dio la mitad, 500 millones de pesetas”. La otra mitad se le entregaría cuando la expropiación de Rumasa se parara. “La otra mitad, el Rey no cumplió y es que encima cuando Felipe González hace el decreto de expropiación, el Rey lo firma. No solo no había cumplido su parte del pacto es que encima le había engañado, le había soplado 500 millones de pesetas”, dice Yvancos.

Su chófer habla de la reacción de Ruiz-Mateos. “El jefe siempre se sintió traicionado ya que esos donativos que él hacía en maletines de Loewe y en billetes de 5.000 pesetas pensaba que eran suficiente para obtener el apoyo y la confianza de Su Majestad el Rey. Cosa que luego descubrió que era totalmente falso. En el momento de la expropiación, el Rey ni le coge el teléfono”.