Karlos Arguiñano es uno de los cocineros más reconocidos y queridos del país. El primero en abrirse paso en televisión con sus recetas caseras para toda la familia y a precios muy económicos. Su simpatía y naturalidad, sin olvidar sus míticos chistes, han hecho que se mantenga en antena durante 33 años. El pasado mes de septiembre celebró su 33º aniversario desde su programa de Antena 3, donde anota estupendos datos de audiencia con un millón de espectadores diarios.
Pero el cocinero tiene una vida más allá de la televisión. Eso solo es la punta del iceberg. Ha sabido sacarle provecho a su popularidad y cuenta con varios negocios, en casi todos ellos están implicados sus hijos. Karlos Arguiñano tiene siete hijos, Eneko, María, Zigor, Charly, Martín, Joseba y Amaia. Seis de los siete han seguido los pasos de su padre y están involucrados, de alguna manera, en el negocio culinario.
Los trabajos de los hijos de Karlos Arguiñano están vinculados con las tres empresas principales del chef
Charly y Amaia son los que más se han desvinculado de este mundo, aunque la joven sigue vinculada al cocinero. Charly está centrado en su vida en el ambiente del cine. Amaia, por su parte, gestiona y trabaja en la Bodega K5 del cocinero.
Los otros cinco hijos trabajan están involucrados en las tres principales empresas del chef vasco: el Hotel Ka, su restaurante y la Escuela Aiala. Quién más sigue los pasos de Arguiñano sin trabajar en ninguna de sus empresas es Joseba, tal vez el que guarda más parecido con su progenitor. Éste se especializo en repostería, como su tía Eva, y actualmente compagina su pastelería con su programa de televisión, además, también participa en el espacio de su padre en Antena 3.
Martín es quién se ocupa de la parte administrativa de los negocios. Eneko, uno de los hijos más veteranos, es el jefe de sala en el restaurante Arguiñano. En las cocinas del establecimiento se encuentran Zigor y María, la séptima hija del matrimonio que fue adoptada. Ambos se enfrentan diariamente a los fogones, las comandas o los menús especiales.
Mientras Karlos Arguiñano mantiene una vida más tranquila, debido a su avanzada edad, sus hijos llevan un ritmo frenético. Según los últimos datos, el restaurante recibe 24 reservas diarias durante los 365 días del año, más aquellos que llegan por sorpresa sin cita previa. El hotel cuenta con unas 12 reservas diarias.
Los hijos de Arguiñano, más el amplio equipo que hay detrás, hacen posible que todo este engranaje funcione y sea un éxito. El matrimonio creó este imperio de la nada. Tuvieron al principio serios problemas económicos. Y no solo eso, vivieron uno de los momentos más duros de sus vidas, perdieron a los dos primeros hijos que esperaban.